Aunque su debut como titular en Primera División fue como lateral derecho, su 1,81 metros de estatura lo hace destacar por el centro de la defensa. De su estreno en la máxima categoría ante Defensa y Justicia, el 17 de julio del 2023, a este presente goleador ya pasaron 512 días. Y aunque su carrera empieza a tomar vuelo, Mateo Tomás Mendoza no pierde la esencia de un pibe que hace apenas dos semanas cumplió 20 años.
Sanjuanino de nacimiento, el volante central, ahora devenido en marcador central, llegó a Mendoza en 2021, proveniente de una escuelita de fútbol de la vecina provincia y tras un año en el club Marquesado. Su arribo al Tomba generó rápidas expectativas. “Es un jugador que tiene mucho futuro y mucho para darle a Godoy Cruz”, dijo Daniel Oldrá cuando el juvenil había sumado sus primeros minutos en Primera.
Fue el propio Gato quien le dio la gran oportunidad de su vida (¿quién sino?) y Mendoza no la desaprovechó.
En la actual temporada, acumula 14 duelos disputados, con seis compromisos como titular y el resto llegando desde el banco de suplentes.
Tras jugar en el triunfo 2-1 ante River Plate, en el Malvinas Argentinas, el defensor sanjuanino empezó a sumar minutos y ya lleva cuatro encuentros consecutivos entre los once, tras la salida del capitán, Pier Barrios.
Y si algo le faltaba para atraer la atención del fútbol argentino era marcar un doblete, que consiguió en la goleada 4-0 ante un flojo Banfield, que además permitió confirmar la presencia del elenco bodeguero en la Copa Sudamericana del año próximo.
Tal cual enumeró Mendoza, la alegría fue por triplicado: “Por el triunfo, por las formas y por los goles”. La sonrisa del pibe, a flor de piel, marca la inocencia de quien está por dar el gran salto a la madurez.
La boca llena de gol, los puños apretados marcando una descarga y señalando que el defensor parece haber llegado a Primera para quedarse.
“Estoy muy contento, pero también muy tranquilo. Queda mucho por delante, hay que seguir trabajando. El sábado vamos a tener un partido difícil y tenemos que llegar de la mejor manera”, aclara, exhibiendo su profesionalismo.
De chico se movía como volante central y lo hizo hasta su llegada a Mendoza, donde Ernesto Pedernera, el actual entrenador interino del plantel profesional, le cambió la cabeza. “Es el técnico que más me ha marcado en mi corta carrera. Él me pasó de volate central a la defensa. Me tocó tenerlo en inferiores, Reserva y Primera. Me pide fortaleza para defender, sabiendo que tenemos jugadores de mitad de cancha para adelante muy desequilibrantes”.
Admirador de Javier Mascherano, ahora jura que se apoya y referencia en la última línea del seleccionado nacional: “Cuti, Otamendi, Lisandro (Martínez) son ejemplos para mí y trato de tomar lo mejor de cada uno. Me siento un central muy seguro a la hora de los duelos y me gusta mucho tener la pelota. En lo que he podido jugar, me gusta conducir y jugar para adelante”, dice.
El juvenil sabe que acumular minutos será clave para cimentar su prometedora carrera deportiva. “Quiero consolidarme en primera y tratar de jugar lo más posible. El domingo, más allá de los goles, me sentí seguro. Con Defensa y Justicia tuvo un partido flojo, pero no pasa nada; así es el fútbol. Siempre da revancha”, dice con la seguridad este pibe, que solo despega los pies del suelo cuando se eleva para disputar un balón aéreo.
