Las comparaciones son odiosas, lo sabemos. Más cuando se trata de fútbol e intentamos ponderar a un futbolista por encima del otro. ¡Ni hablar cuando, encima, se trata de los dos mejores jugadores que ha dado Argentina y que, sin duda alguna, están en el podio de los mejores jugadores del mundo a lo largo de toda la historia! Que Diego Armando Maradona fue campeón del mundo, que Lionel Andrés Messi fue campeón olímpico, que eran distintos contextos, que el fútbol antes se jugaba así y ahora se juega asá, que los Balones de Oro. La discusión puede extenderse durante horas, días y semanas y habrá tantos argumentos como voces que se trencen.
Por esto mismo, en esta nota no se ponderará a uno por encima del otro y se partirá del salomónico precepto de “no los comparés, disfrutalos a ambos”. Pero, entre tantos puntos que tuvieron en común -incluso el Maradona DT dirigió a Messi en el mundial de Sudáfrica 2010-, sobresale uno que tomó protagonismo durante los últimos meses. Y que, al menos en el caso de Maradona, fue reflejado y traído de vuelta a colación en la serie original de Amazon Prime Video, “Maradona: Sueño Bendito”. Se trata de la polémica y conflictiva salida del FC Barcelona, uno de los clubes más importantes del fútbol español.
Y aunque el paso de uno y de otro astro por el club catalán no pueden compararse -Messi ganó todo lo que jugó en el Barcelona (o bien podría decirse que el Barcelona ganó todo lo que disputó con Messi en el plantel), mientras que Maradona ganó 3 títulos-, lo cierto es que la salida del Diego y de la Pulga del club blaugrana llevaron a que el club despierte la antipatía del pueblo argentino tanto en 1984 como en 2021. Y el señalado en ambas ocasiones fue el presidente de la institución en ese momento.
Argentina vs Barcelona. Round 1: Maradona vs Núñez, 1984
Los últimos episodios estrenados en Amazon de “Maradona: Sueño Bendito” reflejan el paso de Diego Armando por el Barcelona, club al que llegó en agosto de 1982, proveniente de Boca Juniors y luego del olvidable papel de la Selección Argentina en el Mundial de España de ese año. Campeón del Mundo juvenil en 1979 y extrañamente ausente en el mundial de Argentina 1978 -donde la Celeste y blanca se consagró campeona-, Maradona llegaba como uno de los mejores futbolistas del mundo, aún cuando restaban todavía cuatro años para que se alzara con la Copa del Mundo en México 1986 (algo que, por supuesto, se desconocía en ese momento).
En la serie es Nazareno Casero quien da vida a Maradona en esta etapa y desde el primer momento queda bien en claro que se presentará a un Diego Armando joven, rebelde, que comienza a descubrir la noche y algunos excesos (aunque con una calidad y talento intachables en el campo de juego). En la otra vereda, en tanto, se muestra a un José Luis Núñez (presidente por entonces del Barcelona) que no compartirá el poco compromiso de Maradona con la conducta ni con esa idea de “cortarse solo” en algunas decisiones.
Esta “guerra fría” queda expuesta desde el primer momento, cuando Núñez le reprocha a Maradona la importante inversión económica que hizo el Barcelona por él. Y también -siempre de acuerdo a lo que se ve en la serie, y que es la visión del propio Diego si se tiene en cuenta que la serie cuenta con su aval- cuando se muestra que algunos hinchas culés tenían vía libre para entrar al estadio y romper o pintar su auto en reclamo de más compromiso con la institución.
Entre 1982 y 1984, Diego ganó 3 títulos con el Barcelona (la Copa del Rey 1982/83, la Copa de la Liga 1982/83 y la Supercopa de España 1983/84. Además, a raíz de una hepatitis debió estar alejado del campo de juego durante tres meses entre fines del 82 y comienzos del 83.
Pero hubo un rival, otro equipo de la Liga de Fútbol Profesional de España en el que el propio Núñez encontró su aliado perfecto para “deshacerse” de Maradona. Y no fue el Real Madrid -clásico del club catalán-, sino que fue el Athletic de Bilbao. Con este equipo vasco, el Barça -en general- y Maradona -en particular- entablaron una rivalidad y relación de enemigos íntimos. El primero de los escenarios de esta disputa que se convertiría en histórica y clásica fue en septiembre de 1983, cuando el Barcelona y el Bilbao se enfrentaron por la Liga. El equipo blaugrana goleó al Athletic 4 a 0, pero a 30 minutos del final tuvo lugar un episodio que marcaría para siempre la carrera de Maradona y quedaría para siempre en la memoria de los argentinos: el jugador vasco Andoni Goikoetxea le fracturó el tobillo izquierdo en una de las tantas entradas bruscas. Esto convertiría en tristemente famoso al jugador del Bilbao -quien aún se vanagloria de aquella jugada y guarda los botines que “rompieron” a Maradona-, pero además sería la génesis del resentimiento y una particular bronca de Maradona hacia el club de camiseta blanca y roja.
Otro round silencioso que queda en evidencia en “Maradona: Sueño Bendito” entre el 10 y Núñez tiene que ver con la recuperación de Maradona de esa lesión. Mientras que las autoridades del club pretendían que Diego lleve adelante toda la rehabilitación en esa ciudad española, Diego decide viajar a Argentina y encarar la rehabilitación por su cuenta y con métodos pocos convencionales. El límite de tolerancia de Núñez y la dirigencia del Barcelona comenzaba a alcanzarse.
Ocho meses después de ese fatídico partido entre el Bilbao y el Barça y que le significó la lesión a Maradona, un Diego ya recuperado volvió a encontrarse en la final de una nueva Copa del Rey. Y, otra vez, el rival a vencer era el Athletic. El Santiago Bernabéu fue el estadio donde se jugó ese partido el 5 de mayo de 1984 y toda la atención -y tensión- estaban posadas en el reencuentro entre Maradona y Goikoetxea. En “Maradona: Sueño Bendito” se ve como el vasco intenta un pedido de disculpas antes de que comience el partido, pero la respuesta de Diego es por demás hostil.
El Bilbao se tomó revancha del 4 a 0 de septiembre del año anterior y venció al Barcelona 1 a 0 en esa final. Pero todos los ojos -y fotografías y videos- se posaron en los incidentes posteriores entre los jugadores de ambos equipos. La secuencia de Maradona dándole un brutal rodillazo en el rostro a un jugador del Bilbao (Miguel Ángel Solá) en el verde césped -y mientras a su alrededor se sucedían golpes de todo tipo- dio la vuelta al mundo en aquel momento. Y la sigue dando aún hoy.
“¡Quiero a Maradona fuera del Barcelona ya mismo!” se lo escucha gritar en la serie de Amazon a quien da vida al presidente Núñez. No quedan dudas de que esa escandalosa trifulca catapultó la salida del 10 argentino del club catalán, no sin antes tener que ir a disculparse en persona con el Rey Juan Carlos, quien estaba presente en la cancha aquel 5 de mayo de 1984.
A partir de ese momento llegaría la oferta del Napoli -un club de la considerada zona humilde de Italia- y el propio Maradona declararía públicamente a los medios su deseo de pasar al club del sur italiano. Claro que, como también se ve en “Maradona: Sueño Bendito”, Núñez se encargaría de hacerle difícil la estadía a Maradona en el Barcelona hasta el último segundo, ya que cuando el Napoli le hace llegar la oferta formal al club español por el monto ya convenido, el presidente -caprichosamente- exige que la transferencia se haga por un monto mayor.
Y con más penas que gloria -y rodeado de escándalos-, Diego Armando Maradona dejó el Barcelona el 29 de junio de 1984 por el equivalente a 8 millones de euros actuales. Además de los 3 títulos, Maradona convirtió 38 goles en los 58 partidos que jugó en el club culé.
Argentina vs Barcelona. Round 2: Messi vs Laporta, 2021
Poco más de 37 años pasaron entre ese 29 de junio de 1984 en que Maradona se fue del Barcelona y el 6 de agosto de 2021 en que Lionel Andrés Messi abandonó el club catalán para continuar su carrera en el PSG francés. Y si bien la salida de la Pulga también rozó lo escandaloso -no tanto por la personalidad de Messi, sino por el contexto-, el detalle es que, a diferencia de Maradona, Messi fue protagonista central de los mejores años del FC Barcelona en toda su historia.
Entre 2003 -cuando debutó en la primera- y 2021, el Barcelona con Messi consiguió 37 títulos (10 Ligas, 7 Copa del Rey, 8 Supercopas de España, 4 Champions League, 3 Supercopas de Europa y 3Mundiales de Clubes). El flamante entrenador del Barcelona, Xavi Hernández -presentado este lunes- fue incluso compañero y aliado de Lionel en muchas de estas conquistas.
Sin embargo, la salida de Messi del Barcelona tampoco fue por la puerta grande. El rosarino -que, a diferencia de Maradona, había hecho toda su carrera en el club catalán- llegó a jugar la Copa América con Argentina (la misma que ganó en Brasil en julio último) con un gran signo de interrogación en lo que hacía a su futuro. Sin embargo, los hinchas catalanes y el actual presidente, Joan Laporta, daban por descontado que una vez concluido el certamen de selecciones sudamericanas, el mejor jugador del mundo en actividad y el club se pondrían de acuerdo para que Messi siga brillando en el Barcelona. Y que el Barcelona siga brillando con Messi.
La Copa América culminó, Lionel ganó en julio de este año ese título que tanto se hizo rogar con la Celeste y blanca y todo era júbilo en Argentina. Pero la renovación del contrato del crack en el Barcelona se seguía demorando. Para entonces, más allá de algunas alarmas y de rumores que ubicaban a Lionel en el Manchester City para volver a ser dirigido por el catalán Josep Guardiola, las versiones cuasi oficiales indicaban que el borrador del contrato estaba listo y acordado entre el club y el jugador. En pocas palabras, era solo cuestión de días para que la renovación del vínculo entre el FC Barcelona y Messi se oficializara.
Entre rumores y versiones, los días fueron pasando hasta que final y oficialmente el viernes 6 de agosto de este año fue el propio Laporta quien dio la noticia que revolucionó al mundo del fútbol: el Barcelona no le renovaría a Messi, al menos no por el contrato que ya tenían conversado y apalabrado para los próximos 5 años.
“Leo quería quedarse”, explicó en conferencia el presidente del club catalán, y quien culpó a la gestión anterior por la situación financiera en que dejó al club. “Lamentablemente hemos recibido una herencia nefasta y no teníamos margen salarial. Los números son mucho peores de lo que nos habían dicho. Las pérdidas y la deuda son elevadas. La gestión calamitosa de la junta anterior excedió el límite salarial. No hemos podido inscribir el primer contrato que habíamos pactado con Leo Messi”, se explayó Laporta.
En la misma conferencia, el presidente culé destacó que el contrato que ya tenían pre acordado pondría “en riesgo la salud del club”.
“Para mantener el Fair Play financiero de la Liga, el Barça tenía que estar de acuerdo con una operación que significaba hipotecar durante medio siglo los derechos televisivos. Y no estoy dispuesto a hacerlo por nadie. El Barça está por encima de todos”, concluyó -contundente- el presidente del Barcelona.
Luego de este anuncio, Messi fue quien se despidió del club -también en conferencia de prensa-, y lo hizo con lágrimas en los ojos, dejando una vez más en claro que su deseo no era el de irse del club.
El 10 de agosto se concretó la presentación de Messi como flamante refuerzo del PSG, pero las heridas por su conflictiva salida del Barcelona lejos están de cerrar y cicatrizar. De hecho, hace menos de un mes, Laporta destacó -contundente- en una entrevista: “tuve la esperanza que a última hora hubiera un cambio de ritmo y (Messi) dijera: ‘Juego gratis’. Me hubiera acabado de convencer del todo, pero no podemos pedir a un jugador del nivel de Messi que hiciera esto”.
“No me enfadé con Messi pero llega un momento que cuando las dos partes ven que no podrá ser hay una cierta decepción de las dos partes. Y yo sé que tenían un deseo de quedarse pero también tenían mucha presión por la oferta que tenían. Creo que ellos sabían que si no seguían se iban al PSG”, explicó.
La respuesta de un Messi, visiblemente molesto ante esta declaración, no se hizo esperar. Fue en una entrevista exclusiva con el diario Sport. “Las ganas y el deseo mío y de mi familia era de quedarnos en Barcelona. Nadie me pidió jugar gratis, pero al mismo tiempo me parece que está fuera de lugar las palabras que dijo el presidente. Las palabras de Laporta me dolieron porque creo que no tiene necesidad de decir eso, es como sacarte la pelota de encima y no asumir sus consecuencias, ni hacerse cargo de las cosas. Esto hace pensar a la gente o genera un tipo de dudas que creo que no me lo merezco”, respondió.
Más allá de esta traumática salida, el propio Lionel ha manifestado su deseo de poder regresar en el futuro al Barcelona a “aportar” como pueda. Y hasta se ilusionó, por qué no, con ser secretario técnico del club catalán.