Lionel Messi y Javier Mascherano, jugadores emblemáticos de Alejandro Sabella en su paso como técnico del seleccionado argentino, recordaron con nostalgia y respeto a “Pachorra”, a un año de su muerte.
El mejor jugador del mundo publicó en sus redes sociales fotos de la etapa de Sabella como DT albiceleste en la que se los ve juntos.
En tanto, Mascherano puntualizó: “Me dio la posibilidad de sentirme bien otra vez un lugar muy especial, de poder compartir y disfrutar de un grupo hermoso. Se lo extraña mucho. Tenía mucho para dar y con él podíamos aprender”.
Sabella fue quien tomó la decisión de quitarle la cinta de capitán del seleccionado a Mascherano para dársela a Lionel Messi pero eso no significó ningún inconveniente. ‘Masche’ lo tomó de la mejor manera y nunca dejó de ejercer el liderazgo que le correspondía naturalmente. La relación entre ambos se fortaleció.
El histórico número 14 de la Selección no se cansó de publicar en sus redes que “siempre le agradezco a la vida haberlo cruzado en mi camino”.
En otro tramo de charla, Mascherano contó que “Alejandro fue una persona, un entrenador muy importante en mi carrera, con el que conseguí tener una conexión diferente a otros, con el que he disfrutado compartir una Selección durante tres años. Aprendí mucho en el día a día”.
“El aprendizaje no era solo en el entrenamiento, sino en cada charla que se podía compartir, las de fútbol y en las que hablábamos de la vida, transmitía siempre mucha tranquilidad, te daba paz”, agregó el excapitán argentino.
Mascherano también remarcó al recordar a Sabella que “desde que lo conocí aprendí a tenerle un gran aprecio, un enorme cariño, y como persona está todo dicho, todo el mundo habla fantásticamente bien de Alejandro, era un hombre con valores”.
Sabella también fue importante en la decisión de Mascherano de regresar al país y jugar un tiempo, tal vez menos del que hubiera deseado, en Estudiantes. El “Jefecito” reconoció en aquel momento que todo lo que le había dicho Alejandro y otros referentes del club le hicieron inclinar la balanza para ponerse la casaca del “Pincha”. Y, como contó el propio Javier en aquel momento, “el deseo de conocer desde adentro un club” con un ADN muy propio.