Un inesperado reencuentro se dio hoy a la salida del entrenamiento de Boca, cuando un empleado de AySA frenó el auto del Toto Salvio para saludarlo. Pero no era un hincha más.
Era Diego Acosta, un viejo conocido del Salvio cuando el Toto era jugador de Lanús en las inferiores. Ambos son categoría 1990 y, según contó Acosta, no se veían desde hace 13 años, cuando sus caminos se separaron. En esa ’90 del Granate también estaba, por ejemplo, Guido Pizarro y allí a veces atajaba Esteban Andrada, que en realidad es categoría 91.
Diego Acosta y el Toto Salvio charlaron un ratito y se pusieron brevemente al día, sobre cómo estaba la familia y demás, antes de sacarse la selfie que retrató el encuentro.