No existen palabras para describir este momento. El corazón esta destrozado. Inentendible. Aún, soñamos con que alguien nos avisen que es una nueva broma del Morro García. Nuestro Morro. Porque nació en Montevideo, pero nosotros, los mendocinos, lo adoptamos. Lo arrebatamos. Y el “charrúa” se convirtió en símbolo de nuestro fútbol.
Duele que no esté con la 18 en la espalda. La carita de sus excompañeros lo dicen todo. Es imposible asimilar su ausencia. Por esta razón, sus compañeros, incluido cuerpo técnico, ingresaron al estadio con una remera en honor al Morro García con el número 18. Su figura estampada en el pecho y esa foto que hace lagrimear a todos: festejo de gol y su toque clásico en la oreja.
Morro eterno. Te extrañamos. Y tus rivales también. Por eso el respeto máximo de los jugadores y allegados de Aldosivi. Hasta la terna arbitral se la notó conmovida.
Morro es tiempo de homenajes casi a diario. Pero, jamás, podremos devolverte las alegrías que nos brindaste a todos los mendocinos, especialmente a los que son fanáticos de Godoy Cruz.
Se extraña tu sonrisa, tu juego, tus goles. Perdón, por olvidarnos de Santiago. El uruguayo. Descansá crack.