“Primero hay que saber sufrir, después amar, después partir y al final andar sin pensamiento...”, fragmento de Naranjo en Flor, de Homero y Virgilio Expósito.
Una de las fotos del partido será esa terrible atajada de Emiliano “Dibu” Martínez a segundos de final. Argentina derrotó 2-1 a Australia con ratos de mucho fútbol, una buena cuota de angustia y otra de sufrimiento para clasificar a cuartos de final del Mundial Qatar 2022 ante una multitud.
Imposible no destacar, para empezar, la contundencia futbolística del combinado albiceleste en la primera mitad y gran parte del complemento. Una diferencia abrumadora con su rival de turno, que solo se propuso defender y apostar al empate desde que empezó a rodar la pelota. Tal vez a una contra. Quizás con el objetivo de forzar la paridad durante 120 minutos para resolver la cosa en los penales. Quién sabe. Afortunadamente no fue así.
Con alegría, y a pesar de que ya está clarísimo que no se gana solo con nombres, podemos reafirmar que tenemos al mejor futbolista del mundo, que volvió a destrabar un partido demasiado complicado que hizo recordar a lo vivido recientemente frente a Polonia. Leo Messi frotó la lámpara y con un golazo típico de él rompió el cero. Un tanto que imprimió tranquilidad, otra vez de la mano de la leyenda de este deporte, que jugó un partidazo y llegó a 9 goles con la Selección Argentina (a uno del inolvidable Gabriel Batistuta, el artillero histórico en Copas del Mundo).
El segundo tanto del elenco de Lionel Scaloni, obra del talentoso delantero cordobés Julián Álvarez, le daba a Argentina un poco más de oxígeno y paz para atravesar el tiempo restante, ya en el segundo período, donde la sinfónica liderada por Messi actuaba a un alto nivel sin liquidar el compromiso.
La albiceleste controlaba todo, aunque de repente cayó en un pozo productivo y le permitió el avance desesperado a los oceánicos, que fueron para adelante como canguros. Encima, una carambola puso el 2-1 y arrastró incertidumbre hacia nuestro lado.
De todos modos, hay que decirlo: este Argentina-Australia de octavos de final debiera haber terminado 4 o 5 a 0 en favor de la albiceleste en una tarde normal, en un partido de manual. Pero el fútbol es fútbol y ya lo dijimos: solo con nombres, hoy, no le ganás a absolutamente a nadie. Primero hay que saber sufrir...
Vale resaltar el talento, el esfuerzo y el coraje de los jugadores argentinos a la hora de meter y meter para lograr el objetivo. Le devuelven al cuerpo técnico la confianza de haberlos metido entre los 26 de la lista. Emiliano Martínez, el arquerazo que ratificó la titularidad con una sola atajada, la más importante. Lisandro Martínez y su cruce increíble, para la historia. Romero y Otamendi, dos murallas. De Paul, ¿con cuántos pulmones corre este señor? Messi premium superstar, ¿en su mejor Mundial?
La Selección Argentina crece, crece y crece. Claramente va de menor a mayor y, con “el diario del lunes”, agradece el cachetazo que le propinó Arabia Saudita en la primera fecha. Es que esa derrota dolorosa obligó a replantearlo todo para volver a arrancar. Y qué saludable fue.
Argentina se levantó, gusta y gana. Lleva tres partidos victoriosos en fila en los que solo le marcaron un gol (accidental), expone fútbol, ritmo y corazón. Ah, y lo más contundente: va por más.
Próxima parada, Países Bajos. Un viejo conocido en cuartos de final. Será un partidazo. Seguramente, primero habrá que saber sufrir, pero con la tranquilidad de tener mucho fútbol en el plantel y, claro, al mejor Lionel Messi.