Leopoldo Luque, el médico de cabecera del ídolo deportivo Diego Maradona, quedó el domingo en el ojo del temporal por presunta negligencia en los cuidados del ídolo argentino, fallecido el miércoles a los 60 años de una crisis cardíaca. La Justicia allanó la casa y el consultorio de Luque, de 39 años, en búsqueda de documentación probatoria bajo la figura eventual de “homicidio culposo”, que no significa una acusación para la ley argentina, sino una hipótesis de investigación y que es producir una muerte en forma involuntaria como en un accidente de tránsito.
Fuentes judiciales aclararon a la agencia estatal Télam que esta notificación no implica un llamado a indagatoria ni una medida restrictiva de la libertad, sino que se le informa que está siendo objeto de una investigación por la posible comisión del mencionado delito.
Decisivas en la causa fueron las declaraciones testimoniales de Dalma, Gianinna y Jana, hijas del legendario futbolista y DT. Se manifestaron disconformes con el modo de tratamiento que se dispuso en la residencia de Maradona en el distrito de Tigre, 35 km al norte de Buenos Aires.
”Siguen las tareas investigativas y la sustanciación de la prueba en curso, tomándose algunas declaraciones testimoniales, incluidos familiares directos”, dijo en un comunicado la Fiscalía General de San Isidro, al norte de Buenos Aires.
”En virtud de la prueba que se fue recabando, se consideró necesario solicitar allanamientos en el domicilio y consultorio del médico Leopoldo Luque”, añadió.
Al ser contactado Luque por la AFP, declinó formular declaraciones.
Los procedimientos se disponen en forma paralela al fenómeno mundial de homenajes que se realizan en todo el mundo a quien fue uno de los deportistas más grandes de todos los tiempos y una personalidad que excedió el universo de las canchas con su rebeldía en defensa de los sectores humildes y desposeídos.
Las diligencias fueron ordenadas por el fiscal general de San Isido, John Broyard. Se busca documentación que permita eventualmente cambiar la carátula de “averiguación de causal de muerte” por la de “homicidio culposo”, según las fuentes judiciales.
Maradona fue operado el 3 de noviembre de un hematoma en la cabeza. Antes sufría malestares, deshidratación, un andar dificultoso por una operación de rodilla y la depresión de los ocho meses de confinamiento para protegerse de la pandemia del coronavirus.
El 15 de noviembre fue dado de alta. Un antiguo médico suyo, Alfredo Cahe, recomendaba seguir la internación en un centro especializado. Se dijo que Maradona se negaba y que quería ir a su nueva casa en el barrio San Andrés, al norte de Buenos Aires.
Se indicó en el expediente que no había un desfibrilador en la casa por si se producía un episodio de un paro cardiorrespiratorio, en virtud de que Maradona sufría desde hace 20 años una cardiodilatación, que aumenta el tamaño del corazón y lo podía poner en eventual peligro de vida.
Los homenajes a Maradona, en simultáneo, siguen en todos los estadios del mundo. El velatorio se realizó en la Casa Rosada (casa de gobierno) en medio del caos y varios incidentes de violencia que provocaron que la familia decidiera terminarlo para proceder a la ceremonia de inhumación.
Maradona llegó a la cima mundial con la conquista de la Copa del Mundo de México-1986 y se convirtió en símbolo histórico de la Albiceleste, pero padeció graves problemas de salud por sus adicciones, pese a la cual resurgió con mayor energía que nunca de cada adversidad.