En los últimos días Sadio Mané decidió emprender una nueva aventura futbolística y firmó un contrato de tres temporadas con el Bayern Múnich. El Liverpool recibió alrededor de 35 millones de euros por esta transacción.
Dentro de la cancha, el goleador senegalés marcó más de 200 con las camisetas del Metz de Francia, el Salzburgo de Austria, el Southampton, el Liverpool de Inglaterra y la Selección de Senegal. Pero no es allí donde Sadio ha marcado la diferencia, sino que es un jugadorazo también fuera de las canchas.
Nacido y criado en Bambali, a 400 kilómetros de Dakar, la capital de Senegal, Mané no reniega de sus orígenes ni se deja llevar por el éxito, la fama o el dinero como le sucede a otras estrellas del deporte. El africano tiene los pies bien puestos sobre la tierra.
“¿Para qué quiero diez coches Ferrari, veinte relojes con diamantes y dos aviones? ¿Qué harán estos objetos por mí y por el mundo? Yo pasé hambre, trabajé en el campo, jugué descalzo y no fui al colegio. Hoy puedo ayudar a la gente. Prefiero construir escuelas y dar comida o ropa a la gente pobre”, declaró hace poco a la televisión de su país.
“Me crié en un lugar donde no les gustaba el fútbol y jugué descalzo en la calle hasta los quince años”, contó el delantero que ahora, con 30 años, tiene unas expectativas gigantes por triunfar en el fútbol alemán.
”Cuando crecí, empecé a ir a la cancha. Especialmente cuando jugaba la selección nacional. Quería ver a mis héroes e imaginarme a mí mismo como ellos”. Pero el sueño debía esperar. Los padres de Mané enviaron a su hijo a la casa de unos conocidos en Dakar. A estudiar, claro. Cuando el futuro crack tenía 15 años se enteró de que Generación Foot, academia y club senegalés que recibe apoyo del Metz francés, haría una prueba.
Desobedeciendo la orden familiar se presentó, pero cuando estaba por ingresar al campo de juego uno de los cazatalentos de la academia le preguntó: “¿Cómo vas a hacer para jugar con ese calzado? ¿Y esos pantalones? ¿No tenés unos de fútbol?”. Mané no tenía nada. Mané entró y la rompió. El técnico Olivier Perrin quedó asombrado por su velocidad y destreza con la pelota. Y así comenzó todo.
A un pueblo que le dio mucho él le devolvió el doble y donó 693.000 dólares para construir un hospital en su pueblo. La ciudad, de poco más de 17.000 habitantes, no contaba con un centro asistencial y ahora recibe pacientes de 34 aldeas cercanas. Cuando tenía 7 años su papá murió de una enfermedad de la que pudo haberse curado de haber existido el hospital.
En 2019 el delantero donó alrededor de 350.000 dólares para construir una escuela, y el año anterior regaló 300 camisetas del Liverpool para que los hinchas pudieran usarlas durante la final de la Liga de Campeones, que finalmente su equipo perdió con Real Madrid por 3 a 1.
Además, donó notebooks en la escuela del pueblo, y construyó una estación de servicios y la oficina de correos. También envía 70 euros por mes a las familias del barrio donde nació para ayudar a sus antiguos vecinos que viven en la pobreza.
Sadio Mané explica la elección del nuevo número de camiseta después de dejar el Liverpool por el Bayern de Múnich
Sadio Mané ha explicado por qué decidió llevar la camiseta número 17 en el Bayern de Múnich tras su transferencia del Liverpool la semana pasada.
El internacional de Senegal completó el cambio de £35 millones al Allianz Arena después de seis años exitosos con los Reds, donde ganó cuatro trofeos importantes, incluida la Premier League y la Champions League . Marcó 120 goles en 269 apariciones en total y formó parte de uno de los tres delanteros más potentes de la división junto a Roberto Firmino y Mohamed Salah.
Cuando se le preguntó por qué eligió la camiseta número 17, Mane explicó que era simplemente la mejor de las disponibles: “Elegí la 17 y mi objetivo es celebrar muchos éxitos con este número y con mi equipo. Ahora tengo muchas ganas de empezar los preparativos para la temporada con mis nuevos compañeros”, cerró.
Michael Cuisance se puso esa camiseta la temporada pasada después de que Jerome Boateng usara ese número durante 10 temporadas. Además, es una camiseta que vistieron otros históricos como Mark van Bommel o Thorsten Fink.