Más allá del triunfo holgado por 4-1 sobre Central Córdoba de Rosario, el pasaje a 16avos de final de la Copa Argentina y los destacados rendimientos individuales, en Boca siempre hay situaciones para analizar más allá de lo futbolístico. Como la llamativa reacción de Marcos Rojo una vez finalizado el encuentro en el Mario Alberto Kempes.
Segundos después de que Exequiel Zeballos convirtiera de penal el último grito de la noche y Jorge Baliño hiciera sonar su silbato, las cámaras del canal capturaron al experimentado defensor corriendo rumbo al vestuario en vez de festejar la victoria junto a sus compañeros en el terreno de juego y sacarse una foto con el cheque.
Si bien este episodio hizo pensar a más de un hincha que existen grietas en el plantel xeneize –poniendo en el centro de escena la amistad entre Rojo y Agustín Almendra, apartado del grupo por mala conducta-, lo cierto es que el zaguero le puso paños fríos al asunto y, consultado por TyC Sports, explicó su marcha repentina del verde césped.
El motivo se debió a una necesidad fisiológica: el exfutbolista de la Selección Argentina no pudo contener las ganas de orinar y, apenas terminó el cruce de 32avos de final contra el Charrúa, cruzó el túnel a toda velocidad y enfiló directo al baño.
Con esta respuesta del nacido en La Plata, se desvanecieron los rumores sobre una supuesta ruptura que pudo haber en Boca tras el escándalo con Almendra y Alan Varela, quien también fue bajado a la Reserva por un acto de indisciplina. Si bien no se expresó públicamente en los últimos días, en los pasillos del predio de Ezeiza aseguran que Rojo apoyó la decisión de Sebastián Battaglia y pidió que todos tiren para adelante.