Un punto de nueve posibles dejó a Godoy Cruz en una posición de incertidumbre. Es que luego de una racha importante (logró 13 de 15 puntos posibles) el equipo de la dupla empezó a ilusionarse con algo más que salvarse del descenso. Aparecieron en el horizonte nuevos objetivos y para nada desconocidos. El primero tiene que ver con que esa cosecha lo depositó en zona de clasificación para la Copa Sudamericana 2023, competencia que el Expreso no juega desde la campaña 2014 (fue su segunda participación). El segundo, en tanto, lo metió en la pelea por un premio mayor: la posibilidad de competir por el título.
Ahora bien, desde ese triunfo mínimo ante Arsenal de Sarandí en el Malvinas Argentinas, el equipo de la dupla Gómez-Orsi mostró un declive en su rendimiento. Muchos piensan que empezó a sentir la ausencia del transferido Ezequiel Bullaude (Feyenoord de Países Bajos). Lo cierto es que después de la partida de este jugador, el Tomba disputó otros partidos y lo hizo de una manera diferente a cómo se está desenvolviendo en la actualidad. Y en este sentido hay que poner especial atención. Quizás el hecho de saber que lo primordial está a la vuelta de la esquina haya provocado cierta relajación. Pero no hay tiempo para descuidos. Mientras las matemáticas demuestren lo contrario, el club debe salir a rescatar puntos como sea.
Por otro lado, otro dato que no es menor. La salida de Bullaude provocó que el rendimiento del equipo pase exclusivamente por el desequilibrio individual que aporta otro futbolista top, como lo es Martín Ojeda. Es cierto que el entrerriano es el as de espadas porque sus estadísticas así lo determinan: goleador del equipo con seis tantos y el jugador que más asistencias repartió en lo que va de la Liga Profesional (7), pero también es momento para que otros jugadores saquen pecho y demuestren que la categoría no les queda grande. En tal sentido, los entrenadores han probado variantes y por ahora ninguna otorgó los resultados esperados. ¿Hay que seguir insistiendo con el laboratorio? A juzgar por el nivel de quienes ya tuvieron su oportunidad, claramente la respuesta es negativa. Por tanto, lo ideal es volver a retomar la confianza a partir de una formación que vuelva a salir de memoria.
Una vez logrado todo ello, Godoy Cruz se puede encontrar con un Norte más interesante. Con dos posibilidades que son concretas y que depende de ciertos factores: ganar, que algunos rivales directos pierden puntos en las próximas siete jornadas y que algunos puntos individuales recuperen la performance que tuvieron hasta no hace mucho tiempo atrás.
El premio mayor. Si el Tomba recupera un poco de todo, seguirá peleando el campeonato, instancia que no lo tiene como protagonista desde la campaña 2017/18, cuando la actual LPF se llamaba Superliga Argentina. En esa temporada, que tuvo como ahora 28 equipos, nuestro representante en Primera fue de menos a más en tres ciclos técnicos bien marcados. Luego de la salida de Lucas Bernardi por falta de resultados, asumió el uruguayo Mauricio Larriera, con quién el club ganó todos sus partidos en Mendoza, pero su efectividad como visitante no fue la mejor, por lo que el deté charrúa presentó su renuncia a fin de año. Entonces, luego de analizar diferentes alternativas, la dirigencia, fiel a su costumbre, se decidió por una nueva apuesta: Diego Dabove. Y todo salió mejor de lo pensado. Ese equipo logró una identidad de juego que le permitió pelear el título con Boca Juniors (campeón con 58 unidades, dos más que el Tomba), con números muy destacados: 16 partidos jugados en el semestre, de los cuales ganó 12 (seis de ellos de manera consecutiva), empató 3 y perdió solamente uno, logrando el 81,25% de efectividad. Gracias a esa campaña, Godoy Cruz se aseguró por cuarta vez en su historia clasificar a la Copa Libertadores 2019.
Volar por Sudamérica. Como una cosa va de la mano de la otra, los dirigidos por Gómez-Orsi tienen la oportunidad de clasificar por tercera vez a la institución a una Copa Sudamericana (2011 y 2014). Justamente en su última participación en la “segunda” copa de la Conmebol (a nivel clubes), Godoy Cruz se encontró con River Plate y perdió ambos partidos de la segunda fase por lo que quedó eliminado de la competencia. Ahora, la chance que se presenta está cerca. En la Tabla Anual el conjunto mendocino tiene 48 puntos y se ubica en el noveno lugar de la acumulada. Cabe recordar que los equipos que finalicen entre el quinto y décimo puesto de esa clasificación jugarán la Sudamericana, mientras que los cuatro de arriba pasan a la Libertadores. Ahora bien, como todo está tan parejo en el torneo en curso y el único equipo que tiene boleto para la Libertadores 2023 es Boca, campeón de la Copa Liga Profesional, se pueden abrir más vacantes para ambas competencias. Y es ahí donde el Tomba debe afrontar sus cañones. No solamente por el rédito económico que representa competir a nivel internacional, sino también, porque sería escribir nuevas páginas en la historia del club.
¿Hay una tercera opción? Por supuesto, aunque ese camino no lleva a la Sudamericana. Se trata de otro premio grande como es jugar una Libertadores y a la misma el Expreso puede llegar mediante la Copa Argentina, certamen donde está en cuartos de final y el 27 del corriente se eliminará con Banfield (16 horas en San Luis). Es una ocasión que tampoco hay que descartar. Sería aventurarse a pelearle a los poderosos de AFA otro título, aunque si la suerte y el juego no ayudan en lo que resta del camino, Godoy Cruz también podría aspirar a más que la Sudamericana si el campeón de la copa doméstica queda en poder del Xeneize o el Millonario, ya que en ese caso se liberaría otro cupo en la Tabla Anual (ver página siguiente).
