Inentendible. Otra vez, los violentos dijeron presentes en un estadio de fútbol y en esta oportunidad, el club que sufre por estos pseudoshinchas, vándalos, es el Deportivo Maipú. Es que por la 7° fecha de la Primera Nacional, el Súper Depor recibió a Tristán Suárez.
El elenco Cruzado ganaba por 1-0 con un tanto de Bruno Nasta a los 25 minutos del primer tiempo. Un partido cómodo y totalmente dominado por el equipo de Juan Sara.
Sin embargo, todo se fue a la borda. A los 44 minutos del PT, el arquero visitante Cristian Correa, cuando estaba por reanudar el juego con un saque de meta, fue impactado por un proyectil que cayó desde la popular local, donde se ubica la barrabrava del Cruzado. De inmediato, los jugadores visitantes exigieron la atención de inmediata de su compañero. Se armó un tumulto, un revuelo, los jugadores Cruzados comenzaron a discutir con su propia parcialidad y luego de 10 minutos, como el arquero no se pudo recuperar, el árbitro José Carreras decidió la suspensión del encuentro. Minutos más tarde, ingresó una ambulancia al campo de juego y el portero visitante fue trasladado a un nosocomio céntrico.
Muchos son los rumores que corren por calle Vergara. En el último partido disputado como local, el Cruzado recibió a Instituto y sucedió algo similar con la barra brava del Cruzado. Lanzó proyectiles, incidentes al ingreso del estadio, pero la cuestión no pasó a mayores.
Hoy, la historia cambió. Un proyectil. que habría sido una bengala encendida, lastimó al arquero visitante y el partido se suspendió. Un puñal para el trabajo que viene realizando la gente del Cruzado, tanto dirigentes como jugadores y cuerpo técnico. Ahora, define el Tribunal de Discplinas.
Suspensión del estadio, pérdida del partido y quitas de puntos, son las sanciones que podría recibir Maipú por el accionar de delincuentes disfrazados de hinchas.
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