La pandemia de coronavirus privó (y sigue privando) a los hinchas de poder asistir a los partidos de fútbol, tanto en la Copa de la Liga como en las categorías de ascenso. Desde el regreso del fútbol, solo pueden acceder a las tribunas dirigentes ligados a las instituciones, periodistas y personal de seguridad, siempre en grupos reducidos.
El tema es que en las últimas jornadas pudo verse a centenares de simpatizantes en los palcos y sectores de platea, situación que, en teoría, está prohibida.
Si bien la situación se repite en muchos estadios de Argentina, la polémica se instaló durante el superclásico que empataron 1-1 Boca Juniors y River Plate en La Bombonera, por la fecha 5. Periodistas y diferentes usuarios de redes sociales apuntaron a Juan Román Riquelme por la supuesta presencia de familiares en la casa Xeneize, lo que originó la acusación de “hinchas VIP”.
Algo parecido ocurrió en la aplastante victoria de River Plate por 6-1 frente a Godoy Cruz, el último sábado en el Malvinas Argentinas. Más de 300 personas vieron en la platea techada el show de goles del elenco de Marcelo Gallardo y entre ellas pudo verse a Alfredo Cornejo, ex gobernador de Mendoza y actual Diputado Nacional, Marcelino Iglesias, intendente de Guaymallén y Alejandro Gullé, Procurador General de la Corte, hombres y mujeres hinchas del Tomba, entre otros invitados.
Fue tan obvia la presencia de público no permitido que el árbitro del encuentro, Germán Delfino, paró el partido en el primer tiempo por el exceso de gente que notó en la platea techada del Malvinas. Luego el encuentro se reanudó sin mayores cambios, es decir, nada se modificó.
Fuentes del club Godoy Cruz aseguraron que no hubo irregularidades ya que “se entregaron 120 invitaciones a gente de Godoy Cruz y 75 para el visitante tal como lo estipula el permiso de AFA”. Sin embargo, según las imágenes televisivas, en los asientos de la platea techada del Malvinas Argentinas hubo mucho más que 195 personas.
Cabe destacar que desde el comienzo de la pandemia de coronavirus y el consecuente decreto presidencial de ASPO y luego DISPO, está prohibida la presencia de hinchadas en los estadios argentinos, salvo excepciones como dirigentes de los clubes que se enfrentan, personal de prensa, seguridad y algunos invitados y familiares de jugadores, siempre con permiso previo.