La desigualdad salarial continúa siendo una realidad en el deporte profesional. A pesar de los avances hacia la igualdad, aún existen disciplinas en las que lograr una distribución equitativa de los premios entre hombres y mujeres parece un objetivo lejano.
El salto de esquí es un claro ejemplo de ello, como se evidenció en el reciente Tour de las Dos Noches, celebrado a principios de esta semana en Garmisch-Partenkirchen, Alemania.
Selina Freitag, saltadora alemana y campeona mundial por equipos en 2023, ha denunciado la disparidad en los premios otorgados a los ganadores de las pruebas clasificatorias, dependiendo de su género.
Mientras que los hombres reciben una recompensa en efectivo, las mujeres se conforman con un set de baño que incluye shampoo, gel de ducha y toallas, lo que resalta la notable diferencia en la compensación.
“Para los hombres, una victoria en la clasificación supone unos 3.200 euros. Mientras, yo recibí una bolsa que contenía gel de ducha, shampoo y cuatro toallas. Básicamente, me dijeron: ‘Ahí, lo siento, lamentablemente no teníamos ningún billete de 500 disponibles’”, expresó la campeona mundial al canal alemán ARD. Y añadió: “No quiero quejarme demasiado, pero muestra las diferencias”.
Sus palabras ponen nuevamente de manifiesto la desigualdad entre hombres y mujeres, y fueron respaldadas por su entrenador, Heinz Kuttin. “Las mujeres también quieren ganar algo de dinero. Es hora de dar un paso en esta dirección, aunque muchas cosas han evolucionado positivamente en los últimos años”.
En las competiciones de la Copa del Mundo, las atletas femeninas reciben 4,550 euros por cada victoria, mientras que los hombres obtienen unos 13,800 euros.
En la Gira de las Dos Noches, celebrada en Garmisch-Partenkirchen y Oberstdorf, el vencedor general, tras dos saltos, recibe 10,000 euros, mientras que el campeón del Torneo de las Cuatro Colinas en la categoría masculina se lleva 106,000 euros.
