Hace exactamente 36 años se escribió una de las páginas más impactantes en la historia de las Copas del Mundo. El 22 de junio de 1986, Argentina e Inglaterra ingresaron al Estadio Azteca, en la Ciudad de México, para los cuartos de final del Mundial.
Allí Diego Armando Maradona, capitán y máxima figura de la selección sudamericana anotó dos goles: uno con la mano y otro arrancando desde mitad de cancha y dejando una pila de ingleses en el camino para marcar el hoy conocido como “Gol del Siglo”.
Este día es especial para todas las personas futboleras, que a su manera homenajearon el hito. Uno de ellos fue Oscar Ruggeri, testigo de lujo del golazo del astro, quien reveló imágenes y sensaciones que no había contado con anterioridad.
“Todavía veo el gol a los ingleses y no lo puedo creer. Te hace parecer que es fácil”, comenzó Ruggeri en ESPN. “Maradona era una masa que no podías mover, una vez que te amagaba no lo podías agarrar y en la altura, menos”, describió.
Luego exaltó la imagen de Maradona y el equipo detrás suyo que lo respaldaba: “Teníamos mucha ventaja sobre el resto con él en el equipo. Diego era generoso, te regalaba todo lo que le pedías. Solamente no se sacaba la cinta de capitán. Apenas terminaba el partido, él la guardaba bajo siete llaves”, destacó el Cabezón.
”En la previa, los medios no pararon de hablar de la guerra de las Islas Malvinas y nosotros nos enfocamos en darles alegrías a los chicos que volvieron y a los padres y las madres que perdieron a sus hijos. Diego nos advirtió ‘no salimos a pelearnos, salimos a jugar al fútbol y a darle felicidad a nuestro pueblo’”, recordó.
Por estos épicos goles que el Diez le propinó a Inglaterra, conocidos como “La mano de Dios” y el “Gol del Siglo” respectivamente, es que en nuestro país se conmemora el “Día del futbolista”.