Boca Juniors quedó eliminado de la Copa Libertadores ante Corinthians de Brasil 6-5 por penales, luego de empatar sin goles en el tiempo reglamentario, y se quedó afuera de los cuartos de final. El “Timao” enfrentará al ganador del cruce entre Flamengo y Deportes Tolima.
De esta manera los “xeneizes” terminaron cayendo en una instancia “normalmente” ganadora para ellos en los últimos tiempos, pese a que su arquero especialista, Agustín Rossi contuviera dos de ellos, la misma cantidad que malogró su goleador, Darío Benedetto, uno en el primer tiempo y el otro en esta definición desde los 12 pasos.
Las presencias titulares concretadas por Sebastián Battaglia y los emparches realizados por su colega portugués Vitor Pereira a partir de las numerosas bajas por lesiones en el equipo brasileño, la más emblemática la del experimentado Willian (estuvo en el banco), generaron un partido previsible desde sus raíces.
Boca estuvo entonces obligado a tomar la iniciativa, aunque no sea ese el principal atributo que está empezando a identificar la línea de juego que pretende Battaglia, mientras que los brasileños, con un estilo atípico para los equipos de su país, trataron de plantarse con la mayor solidez posible cerca de su arquero Cassio para tratar de salir de contra si las circunstancias así lo permitían.
A Battaglia se le habían reprochado las formas en las que había llegado a definiciones por tiros penales finalmente ganadoras ante Racing Club por la Copa de la Liga Profesional y Talleres de Córdoba, por Copa Argentina.
En esas oportunidades Boca salió victorioso desde los 12 pasos jugando mal durante los 90 minutos regulares. Esta vez ocurrió todo lo contrario.