Las salvas de homenaje al príncipe Felipe empezaron a oírse el sábado a mediodía en todo el Reino Unido, un día después de la muerte a los 99 años del marido de la reina Isabel II.
Desde la Torre de Londres, a orillas del Támesis, los castillos de Edimburgo, Belfast, Gibraltar o los barcos de la Royal Navy, donde sirvió durante la Segunda Guerra Mundial, el sonido de los cañones resonó a las 12H00 (11H00 GMT) para la primera de las 41 salvas previstas.
A dos meses de cumplir 100 años, el duque de Edimburgo murió “apaciblemente” en el castillo de Windsor, oeste de Londres, el viernes por la mañana.
La reina manifestó su “profunda tristeza” por la pérdida del que fue su esposo durante más de 70 años y y el padre de sus cuatro hijos (Carlos, Ana, Andrés y Eduardo).
Los británicos lo recuerdan por su incansable devoción por la monarquía, a la que contribuyó a modernizar y humanizar, y su presencia, en segundo plano pero indefectible, al lado de la soberana. Pero también fue criticado por decir lo que pensaba y por sus comentarios provocadores, a veces teñidos de racismo o sexismo.