En el comienzo de la segunda ronda de la fase inicial, San Martín venció por la mínima diferencia a Huracán LH y se cobró revancha de la caída en el amanecer del Torneo Federal A, en la primera fecha de está competencia. Cuando a los 4 minutos se armó el primer tole tole de la noche, quedó claro como iba a jugarse el resto del encuentro: dientes apretados y ninguna cortesía. El pitazo inicial mostró lo mucho que se jugaban unos y otros.
El Globo inició el duelo con mayores expectativas, dando velocidad a la salida sobre los costados y con mucha intensidad para jugar en campo local. Mientras, el Albirrojo cayó preso de ese vértigo y sin el balón, utilizó el pelotazo frontal como único recurso. Se jugaba en campo chacarero.
En ese primer tramo del capítulo inicial, el ingreso de Oscar Amaya para darle fútbol al León no fue solución. El volante tuvo que combatir más de lo que pudo pensar y la ganancia fue lasherina.
Antes de los 10 minutos avisó la visita. En la primera, Juan Manuel Marital remató muy mal dentro del área y de frente a Abraham. Y en la segunda, Agustín Verdugo exigió al arquero albirrojo con un precioso tiro libre que se metía en el ángulo.
Incluso el asedio se acentuó sobre la media hora de juego. Con su defensa parada en campo rival, ampliando el campo para dar vuelo sobre los laterales, Huracán LH comenzó a inclinar el mereciómetro a su favor.
Claro, la impaciencia local comenzó a bajar en forma de murmullo. Incluso, de norte a sur del estadio, se desató el ‘movete, Chaca, movete’. Todo a pedir de un Huracán LH que fue perdiendo profundidad ofensiva con el correr del capítulo.
A San Martín mucho le ha costado la construcción de juego a lo largo de estás 10 fechas y, salvo ante Atenas, casi nunca pudo consolidar una idea y el reclamo de los hinchas se acentuó con el correr de los minutos.
Mientras, el Globo lució más aceitado en su andar, aunque pecando en los metros finales del campo de juego, sin poder darle una buena terminación al control de balón que suele exhibir. Sobre los 37 minutos volvió a tener su chance: Pipistrelli quedó mano a mano con Abraham y en lugar de definir, eligió el pase al medio, por dónde no venía ningún compañero. Increíble.
Y tal cual reza uno de los grandes axiomas futboleros, lo que uno no aprovecha en un arco, lo sufre en el propio. Iban 41 minutos cuando el León, desde el fervor de Rodríguez, armó una buena acción colectiva que Romano definió de punta. ¿Merecido? Para nada, pero goles son amores.
Hubo que esperar 15 minutos del capítulo final para volver a contar una chance de peligro. Es que el duelo se hizo más luchado. San Martín recuperó calma con la ventaja y Huracán se volvió impreciso. El trámite, claro está, le cayó mejor al local, que ya no volvió a pasar sobresaltos y se acercó más, aunque sin claridad, al arco defendido por Acordino.
El encuentro fue ganando en roces y se hizo de trámite cortado. El Globo no consiguió sortear la maraña que le propuso el Chacarero y fue perdiendo fuerza y consistencia en su afán por encontrar otra vez los caminos al área local. Fue una lucha estéril. San Martín creció defensivamente y sostuvo el premio mayor para trepar varias posiciones en la tabla y recuperar la alegría.
El cierre, plagado de fuegos artificiales, encendió una vez más la esperanza chacarera. Por el lado de la visita, no logra mejorar. En algunos partidos domina, genera situaciones, pero como no convierte, la realidad en la tabla habla de un equipo por demás irregular, que sumó su cuarta derrota en las últimas cinco presentaciones y que necesita reencontrarse con su mejor versión.
