El 1-1 frente a Morón no se festejó como cualquier otro gol en Isidro Casanova. Además de haber sido el empate en el clásico, representó la primera conquista de Brian Fernández en Almirante Brown en medio de su lucha contra las adicciones.
A los cinco minutos del segundo tiempo, Santiago Gauna avanzó con la pelota dominada en la mitad de la cancha, encontró un hueco en la banda izquierda del Gallo y filtró un pase rasante para la corrida del delantero, que quedó mano a mano y no perdonó.
Ni bien se metió al área grande, Fernández levantó la cabeza y sacó un remate que pasó entre medio de las piernas del arquero Juan Rojas y sacudió las redes para la igualdad de la Fragata. Su festejo fue desaforado: salió corriendo, se abrazó con sus compañeros, con el técnico Rodrigo Alonso y se puso una remera con la frase “rey, te quiero mucho”.
El momento se alegría se cortó una vez que el árbitro Yamil Possi le mostró la tarjeta amarilla por haberse tapado la camiseta con otra en medio del partido.
La última vez que el santafesino convirtió un gol fue el 11 de septiembre del año pasado en México, ante Atlético La Paz con la camiseta de Morelia, club que días después decidió rescindirle el contrato por “incumplimiento de contrato” tras un episodio que él mismo admitió como “una falta” en un comunicado en redes sociales.
En aquel entonces, Brian había sufrido una recaída y estuvo un tiempo sin club hasta que apareció Almirante y le hizo un contrato hasta finales de 2024. Luego de seis partidos y el primero como titular, pudo sacudir las redes y cortó su sequía goleadora. Un gol que se festeja en La Matanza y en varias partes más del país.