Los cuidados que hay que tener cuando se avecina una importante tormenta eléctrica no son misterio. El día a día, las actividades al aire libre, los juegos, entre otras cosas se ven alterados cuando este tipo de fenómeno llega a una ciudad.
Principalmente el deporte es una actividad que se ve sumamente afectada por las tormentas eléctricas. Además de acarrear demasiada agua, los rayos son una fuente productora de desafortunados episodios.
En el golf, los palos que se utilizan suelen actuar como pararrayos. Por esta razón, cuando se desata una tormenta en pleno partido, suena una sirena para que los deportistas suelten los hierros y se protejan en algún lugar.
En este caso, la noticia gira en torno a un partido de tenis, deporte que no se salva de estos fenómenos. Durante una competencia de Challenger Tour en Republica Dominicana, se jugaban partidos correspondientes a los cuartos de final cuando una importante tormenta comenzó a hacerse notar.
Marco Trungelliti perdía contra el español Roberto Carballes Baena por 2-1. Por otro lado, Pedro Cachín ganaba por 5-2 a Facundo Mena, y en una tercera pista, Thiago Tirante perdía por 3-2 ante el colombiano Diego Galán.
A los 27 minutos del partido, Tirante sacaba. La tarde ya se mostraba oscura y la llegada de la lluvia era indiscutible. En medio de la caída de algunas gotas, el sonido del rayo y el relámpago sonaron demasiado fuerte y coincidieron con el momento del impacto de la raqueta con la pelota. El susto fue tan grande que Galán dio un salto y camino rápidamente hacia la silla ubicada a un costado de la cancha.
Tanto ese partido como los demás encuentros fueron suspendidos. En el restante partido de cuartos se presentaría Tomás Etcheverry vs. Renzo Olivo, pero no se concretaron por mal tiempo.
El mal tiempo y algunas tragedias
En 1998, se disputó un partido amateur entre Bena Tshadi y Basang, en el Congo, África. Todo ocurría con total normalidad mientras los equipos empataban con un tanto cada uno.
La lluvia intensa se hizo notar pero nada afectaba el partido hasta que un fuerte rayo impactó en medio de la cancha y produjo la muerte de once jugadores del Bena Tshadi.
El hecho se atribuyó a una supuesta brujería porque los jugadores del equipo contrario resultaron absolutamente ilesos. Ninguno de ellos recibió el impacto ni nada similar.
Varios años después, en Colombia, murieron dos jugadores del Deportivo Cali cuando una descarga eléctrica cayó en el campo donde el equipo entrenaba. Herman Gaviria tenía 33 años al fallecer, Giovanni Córdoba lo hizo tres días después del incidente.