A los 24 años, cuando dirigía un equipo de la LIFI (Liga Intercolegial de Fútbol Infantil) en Córdoba, Diego Flores ya tenía todo planeado. Se prometió así mismo que en 10 años iba a ser un técnico profesional, que iba a dirigir en el fútbol de elite.
Cuando a su alrededor algunos lo escuchaban hablar, creían que estaba soñando demasiado, que no iba a ser fácil llegar tan lejos. El DT cordobés no tardó 10 años, sino 16 para cumplir su meta. Pero lo logró. Este joven entrenador cordobés de 41 años generó todo un suceso en su primera experiencia al frente de un plantel profesional.
Fue Godoy Cruz quien le abrió las puertas a un DT que fue mucho más que “El Traductor”, como lo bautizaron sus jugadores y, luego, los medios de comunicación, recordando su pasado como ayudante de Marcelo Bielsa en Francia y en Inglaterra.
Flores fue un técnico que dejó su impronta, que logró que se hablara muchísimo de él, para empezar a separarlo del “Loco”. Empezó a escribir su historia.
Algo impensado, ya que no fue futbolista profesional y se hizo bien de abajo, jugando y dirigiendo en Liga Cordobesa y en el interior cordobés. Flores asumió en septiembre de 2021, en la que fue su primera experiencia en un equipo profesional del fútbol argentino.
El Tomba y su directiva le entregaron esa enorme oportunidad. Aunque en abril de este año decidieron, sorpresivamente, que su ciclo estaba culminado. El equipo se encontraba en mitad de tabla en Zona B, con 10 puntos en nueve cotejos. El empate 3 a 3 ante Arsenal, luego de haber ido ganando 3 a 0, llevó a los dirigentes a tomar esta determinación que no cayó bien en los hinchas.
Llegó a estar nueve partidos invicto, en un inicio soñado cuando apenas asumió. Y desde ese mismo instante, su equipo tuvo una identidad que los jugadores captaron desde el vamos. “El Traductor” dirigió al equipo mendocino en 28 partidos, con ocho victorias, 11 empates y nueve derrotas, y una efectividad del 41,6 por ciento.
Hoy, a la distancia, Flores entiende que su primer paso en Godoy Cruz fue muy positivo. Tras el “duelo” por su salida, comenzó a los pocos días la preparación de lo que vendrá. Y en diálogo con La Voz del Interior, contó sus sensaciones y cómo vislumbra la continuidad de su carrera. Ofertas no le faltaron ni le faltarán.
DIEGO FLORES: AUTOCRÍTICA, ANÁLISIS Y LO QUE VENDRÁ
Flores se tomó un par de semanas para “bajar a tierra” luego de su salida del club mendocino. Pero, rápidamente, se activó para realizar todo el análisis de su ciclo, con una fuerte autocrítica en la permanente búsqueda de superación. Y, claro, estar listo para el próximo desafío.
“Pasan dos semanas y uno ya está listo para volver al ruedo. ¿Qué significa volver al ruedo? Prepararse para lo que viene, repasar la experiencia que pasó, empezar a mejorar la metodología, ver qué se puede mejorar, en qué fallaste, cuáles fueron los puntos altos. Sobre la base de ese diagnóstico, vamos viendo equipos, teniendo entrevistas de trabajo y demás. Gracias a Dios, quedamos bien vistos en el ambiente del fútbol, hemos tenido entrevistas en varios países de Sudamérica. Todo sirve de capacitación, para conocer jugadores, realidades. Y para seguir en movimiento y creciendo”, cuenta Flores.
Obviamente, todo se mueve rápidamente en el fútbol profesional. Y los técnicos suelen ser eyectados, en un ambiente donde no hay paciencia ni respeto por los procesos. Por eso, en cualquier momento puede sonar el teléfono para tomar un plantel.
“Hemos tenido muchas entrevistas con distintos clubes. Algunas propuestas para agarrar ya, otras para ir conociéndonos y con posibilidades de trabajo a futuro. Nosotros, con mi cuerpo técnico, estamos listos para agarrar mañana si así fuera necesario. Pero eso se da naturalmente. Nosotros nos encargamos de seguir trabajando, seguir viendo jugadores, analizando equipos. Además, continuamente seguimos repasando la experiencia de Godoy Cruz para sacarle todo el jugo a lo que pasó. Para que el próximo club reciba un cuerpo técnico mejorado, superior”, detalla el entrenador que como futbolista jugó en Las Flores, en la LCF.
–¿Cuál es el saldo de esa primera experiencia en Godoy Cruz? ¿Qué queda a modo de balance?
–El saldo fue muy positivo. Tuvimos una muy buena devolución de la gente cuando salimos, de los jugadores, de colegas. Hubo mucho interés por lo que vivimos durante y luego de esa etapa. Eso es el termómetro de que deportivamente fue una buena experiencia. Hicimos más de 150 entrenamientos, 28 partidos y el equipo jugó con un mismo estilo desde el primer partido. Siempre la propuesta fue que el que se sentaba a ver un partido de Godoy Cruz sabía a lo que jugábamos. Haciendo una comparación con mis anteriores experiencias, cuando uno es entrenador principal las consecuencias las paga más caras. Y se aprende más rápido. Fueron muchas cosas vividas, de algún modo nos involucramos en el fútbol argentino y nos ayudó a conocer el medio, a los jugadores. Vivenciamos entrenamientos, partidos, fue muy enriquecedor. No tengo dudas de que eso nos pone en muy buenas condiciones a futuro. Si antes nos creíamos en buenas condiciones para tomar un equipo, ahora la confianza aumenta.
–En el fútbol argentino todo pasa demasiado rápido. ¿Te quedó esa sensación de tu ciclo?
–A veces uno siente que todo pasa rápido. Pero la realidad es que fue muy vívida la experiencia. No escatimamos en trabajo jamás. Pudimos sacarle el jugo. No ignoramos que hay muchos entrenadores que han tenido procesos menores a 10 partidos. El fútbol argentino es una locura. No se da tiempo a los entrenadores de acomodarse a un equipo, a una ciudad. El hecho de vivenciar dos torneos, hacer un mercado de pases que para nosotros fue muy bueno. Y habernos podido sostener, que para el fútbol argentino no fue poco tiempo, hace que estemos agradecidos y felices por lo que pasó. Y, obviamente, muy ilusionados con lo que viene.
–A muchos les sorprendió tu salida de Godoy Cruz. ¿Te quedaste con algún rencor por la manera?
–Yo no me canso de decir que nos fuimos en muy buenos términos de Godoy Cruz. La reunión final fue en mi casa, para que tengas noción de lo que fue la relación desde el primer momento. Más allá de no estar de acuerdo con la decisión, que para mí fue apresurada. De los últimos seis partidos, habíamos ganado dos y perdido apenas uno. Pero la misma gente que nos pidió que nos fueron fue la que nos dio la confianza, la que apostó por este cuerpo técnico. Entonces, el agradecimiento supera todo. Siempre lo hago saber. Nos dejaron trabajar tranquilos y nos apoyaron hasta el último día. Quedó aceptar y luego empezar con el análisis, con la autocrítica. Todo eso te permite crecer. Y eso es lo que busco siempre. No quedarme en lo que pasó, sino mirar adelante.
EL FUTURO SE VE AUSPICIOSO PARA DIEGO FLORES
Las últimas semanas encontraron a Diego Flores viajando a distintos países de Sudamérica para tener entrevistas. Es que muchos clubes querían conocerlo a fondo, dialogar para conocer de primera mano su proyecto y sus ideas.
El cordobés reparte su tiempo entre su familia y esta espera para volver a subirse al tren del fútbol profesional. ¿Dónde será esa oportunidad? Nadie lo sabe. Resta esperar y elegir correctamente la próxima parada.
“Gracias a Dios, hemos tenido entrevistas en varios países de Sudamérica. Obviamente, uno tiene preferencias y están relacionadas con el nivel de la liga o del club, por las competencias en que participa, si juega internacionalmente o no. Todo se analiza y se piensa. Nuestro objetivo como cuerpo técnico es volver al ruedo pronto. Sabíamos que debíamos dejar una buena imagen en la primera experiencia y siento que fue así. El próximo objetivo es dar un segundo buen paso. Vamos a ver qué trae el universo. Siempre analizamos y escuchamos todas las propuestas”, se sincera Flores, un tipo apasionado, soñador y sanguíneo. Que siente el fútbol como pocos.
“Si hago una revisión de cuando empecé con esto, a los 24 años, ha sido todo muy fuerte. Con 32 años, me fui a Europa cargado de sueños… Y fue una locura lo que me pasó, la experiencia con Marcelo (Bielsa), haber estado en dos países europeos, en el fútbol de elite. Hacer este debut en Primera en mi país, con un club hermoso, con muy buenos jugadores, y hoy estar con este grupo de trabajo sólido, con mucha pasión, es algo muy lindo, lo que siempre busqué. Estoy disfrutando, aprovechando el tiempo y expectante para lo que viene. No tengo dudas que estamos preparados para afrontar el desafío que vendrá”.
El teléfono de Flores está encendido y a la espera del llamado clave para dar el “sí”. Como su “locura” por la redonda, que lo transformó de ese técnico de Lifi a uno del fútbol profesional.