Ellos aman jugar. El tema es que a veces lo hacen con el sillón, los almohadones, la comida, la grasa, las medias y tanto más. Sin embargo el amor de sus amos puede más. En estos casos, los dueños se lo tomaron con gracia y se animaron a retratar las travesuras de sus amigos caninos. Después de todo, ¿quién no tuvo infancia?
Las fotos:
¡Estaba tan rico el café!
¿No queda mejor así?
Un buen papel...
¡Es que tenía tanto hambre!
No saquen conclusiones, yo no fui...
Siempre es bueno estudiar y ¡comer papel!
¿No me queda bien el negro?
Uff, necesitaba ese baño...