El movimiento orbital del planeta tierra y la propia rotación sobre su eje indican de por sí movimientos infinitos a los cuales deben adaptarse todos los seres vivientes que la habitan con el obvio propósito de lograr sus mejores condiciones de vida.
Este es un proceso comenzado hace millones de años en donde cohabitan sistemas infinitos como el universo con sistemas finitos como la vida en nuestro planeta.
Desde su aparición en la tierra el conocimiento humano fue aplicado a las actividades primarias de subsistencia y preservación. Recién en los últimos siglos el ser más desarrollado ha dedicado a sus mejores exponentes individuales a estudiar los sistemas y su dinámica, es decir cómo interactúan entre sí y que efectos producen en el planeta en que vivimos.
Como fue dicho, la tierra es un cuerpo en movimiento o sea que a cada momento va generando situaciones diferentes sobre su superficie, y en esto involucramos a sus mares, ríos y montañas a los que la vida de cualquier forma que se exprese se va adaptando para la sobrevivencia. Esto es lo que comúnmente llamamos clima.
Dinámica espacial
Algunos científicos están hablando de que el cambio climático puede tener como una de sus causas la propia dinámica espacial y en ella los cambios orbitales de la tierra pueden estar generando acercamientos y alejamientos según las regiones respecto del sol y también respecto de su propio eje. Esto, según dicen, podría significar mayores temperaturas en algunas regiones y menores en otras. Este razonamiento podría verificarse fácilmente en las zonas polares por ser las más frías o en las tropicales que son las más cálidas.
No obstante esta postura, otros piensan que el cambio climático natural se ha hecho más rápido en los últimos 60 años en los que el crecimiento desmesurado de la población ha forzado una mayor presión sobre los recursos naturales. Especialmente en áreas energéticas, y esto ha provocado el calentamiento global que es tal vez el mayor causante del cambio climático a juzgar por eventos meteorológicos cada vez más violentos y frecuentes, el derretimiento acelerado de nieves eternas y su consecuente aumento en el nivel de los mares.
La vida es el principal modificador del medio ambiente desde el momento que cada ser viviente respira oxígeno y expele anhídrido carbónico, usa todos los recursos naturales a su alcance para generarse alimento y confort, y contamina sus suelos y mares con sus desechos. Todo esto está relacionado con las necesidades primarias de los seres vivos y esto cerraría razonablemente bien si todo el proceso se guiara por la cadena natural de vida, en la cual, cada ser se alimenta de otros y sus propios residuos también son alimento de otros más cuyo último eslabón podría ser la bacteria.
Pero ¿dónde estaría entonces la argumentación de los cambios dañinos para el medio ambiente? Porque si un humano se alimenta de un cerdo y este de cereales o gramíneas y los desechos de ambos son comida de gusanos y estos de bacterias todo quedaría limpio como al inicio del proceso.
Podríamos ensayar una respuesta que consistiría en involucrar al hombre, su creatividad y sus desmedidas ambiciones de poder y riquezas. Son las necesidades secundarias las que provocan estos cambios. Tomemos un ejemplo a los efectos de entender mejor lo que estamos diciendo: En la antigüedad trasladarse de un lado a otro significaba caminar.
Más tarde se usaron caballos o bueyes, después vinieron los carruajes tirados por animales, luego aparatos más complejos como la bicicleta, la motocicleta o el automóvil.
A partir de allí el transporte comenzó a tecnificarse de acuerdo con el medio de tránsito, movidos por utilización de tecnologías basadas en recursos naturales, principalmente hidrocarburos. Hoy tenemos los más sofisticados sistemas de navegación aérea, marítima y terrestre, así como vectores de lanzamiento de naves espaciales, trenes de alta velocidad, navíos de superficie o de profundidad y propulsados por los más sofisticados combustibles, en su mayoría fósiles.
Toda esta creación tecnológica dedicada a producir una mejor calidad de vida del hombre en la tierra ha producido desde su nacimiento a fines del siglo XVIII en Europa, pero principalmente en Inglaterra durante el proceso conocido como Revolución Industrial, un doble efecto contrapuesto.
Por un lado, se fueron consiguiendo avances científicos y tecnológicos que mejoraron la calidad de vida y por otro un empeoramiento del medio ambiente reflejado por la disminución de la calidad del aire que respiramos o la contaminación del agua terrestre, de los suelos y de los mares.
El tema de la sustentabilidad
La humanidad se ha visto, en consecuencia, en la necesidad de debatir el concepto de sustentabilidad que tiende a crear un equilibrio entre el desarrollo económico del mundo o de sus principales países al mismo tiempo que hacer uso racional de los recursos naturales promoviendo su renovación.
Este principio de sustentabilidad no tiende a cortar el uso de estos recursos, sino que promueve, como dijimos, su utilización racional, ordenada y administrada tendiendo sí, al cada vez mayor uso de otros alternativos que sean renovables y hasta más eficientes en el mejoramiento de los procesos productivos.
La preocupación sobre todos estos temas es tan grande que científicos de todo el mundo y órganos de difusión trabajan permanentemente en nuevos proyectos de mediciones, pruebas y propuestas por lo cual la población mundial está siendo cada vez más advertida de los riesgos que todos estamos corriendo si no corregimos el rumbo.
¿Qué sería corregir el rumbo? Tomar muchas acciones comenzando definidamente por la principal, que es la reducción drástica del uso de los combustibles fósiles aplicables a la producción de energía en forma general y en el uso de los transportes en particular.
De todos modos, las dudas subsisten aún entre los científicos, ya que muchos fenómenos vistos y o sufridos en las últimas décadas no tienen aun suficientemente probada su relación con la acción del hombre.
Esto último nos hace pensar que la madre tierra es algo muy difícil de entender ya que permanentemente nos presenta situaciones imprevisibles.