Desafíos de la Educación Sexual Integral, en el Ciclo de Encuentros de MELE

Compartimos la palabra de Claudio Pilot quien, este viernes 14 de agosto disertará en el Ciclo de Encuentros Virtuales de Medios en la Educación.

Desafíos de la Educación Sexual Integral, en el Ciclo de Encuentros de MELE

Si bien es ley desde el año 2006 en Argentina, aún hay dificultades para la implementación efectiva de la Educación Sexual Integral (ESI) en los establecimientos educativos. Las complicaciones tienen que ver con las posturas o posiciones que se toman respecto de la temática. Podemos plantear dos principales que, a modo didáctico, clasificaremos como la “científica” y la “religiosa” o, bien, “la que vulnera derechos” y “la que los promueve”.

La posición que vulnera derechos

Las religiones asocian la sexualidad a la reproducción con el fin de la “procreación de la especie”. Por lo tanto, todos los actos sexuales que no tengan estos fines son considerados como pecado, patología o perversión.

Esta postura sostiene lo que se conoce como sistema sexual binario, es decir, plantear que solamente existen dos posibilidades “correctas” respecto de la identidad de género: ser hombre/masculino/macho o ser mujer/femenina/hembra. Respecto de la orientación sexual, sólo se admite la heterosexualidad.

Este binarismo sostiene una lógica machista, cisheteronormativa y patriarcal. Machista implica que el varón es considerado superior a la mujer, quien debe ser sumisa y obediente. La lógica cisheteronormativa sostiene que las personas “cis” son aquellas que se autoperciben con el género que les fue asignado socialmente en base a sus genitales. Son heterosexuales quienes sienten atracción por gente del género “opuesto” y la norma social presupone que todas las personas son cisheterosexuales, lo cual deja por fuera a las identidades de género y orientaciones sexuales que sean diferentes.

La mirada patriarcal indica que el varón se coloca en una posición paternalista respecto de la mujer con la doble función de “proteger” pero, al mismo tiempo, sancionar. Esta postura sostiene: “Educación Sexual, sí. Ideología de Género, no”. El término “ideología de género” es usado por grupos antiderechos para referirse, en forma despectiva, a conceptos de la ESI tales como identidad de género o diversidad sexual.

Según David Patternote (sociólogo de la Universidad Libre de Bruselas)”fue inventado por la iglesia católica. Básicamente es una respuesta a lo que pasó en las conferencias de Naciones Unidas de El Cairo en el 94 y de Beijing en el 95. Ahí se reconocieron los derechos sexuales y reproductivos de la mujer. Es una maniobra de violencia y descalificación que se ve en la calle y que no sólo es católica. También es una estrategia en América Latina de la religión evangélica y de los grupos de extrema derecha o derecha populista”.

Es importante saber que muchos de los “argumentos” de estos grupos están sustentados en noticias y hechos falsos. Científicamente, sabemos que las identidades de género y las orientaciones sexuales no son cuestiones ideológicas que se enseñan y se aprenden y, tampoco, se eligen. Nadie dice: “hoy quiero ser hombre” y se autopercibe como tal, así como nadie dice: “yo quiero ser lesbiana”. Nadie elegiría, en forma voluntaria, sufrir violencia y discriminación social. La perspectiva de género de la ESI fomenta, justamente, el respeto por la diferencia para terminar con la violencia ya que, a discriminar, sí se aprende.

En cuanto a la biología (“Biología, sí. Ideología de Género, no”.), sabemos que es una ciencia pero, si sólo nos guiamos por ella, no podríamos considerarnos personas. La biología nos brinda un cuerpo con genitales. Nacemos con una corporalidad que puede tener vulva o pene, o bien una genitalidad que puede responder a una intersexualidad, en el sentido anatómico. Lo biológico nos hace animales, por eso la especie humana pertenece al mundo animal. Pero si sólo fuésemos biología, no podríamos leer, ni escribir, no tendríamos leyes que cumplir, no cocinaríamos o no existirían las religiones, entre muchas cosas más. Lo que nos hace personas es la cultura, la construcción de códigos de lenguaje, el hecho de vivir en sociedad.

En el postulado “A mis hijos los educo yo”, las/os hijas/os no son un “objeto” que se posee tal como una propiedad sino que son “sujetas/os de derechos”. En la crianza hay dos tipos de educación, una informal que se produce en el hogar y, otra, formal y obligatoria, que es la que se brinda en la escuela. En Argentina, la escolaridad es obligatoria por ley desde los 4 años de edad. Quienes actualmente son madres, padres o tutoras/es, no han tenido ESI en su formación, motivo por el cual es probable que sus conocimientos en torno de la sexualidad sean escasos y estén cargados de mitos. Actualmente hay más de 4 mil religiones vivas en el mundo, cada una con sus posicionamientos frente a la sexualidad.

Claudio Pilot abordará este viernes 14 el tema Educación Sexual Integral.
Claudio Pilot abordará este viernes 14 el tema Educación Sexual Integral.

La posición que garantiza derechos

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la sexualidad humana “(…) abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vive y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan siempre. La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales”.

Esta postura no niega a las religiones ni a biología. Por el contrario, las incluye, pero contempla, además, todos los aspectos que nos hacen personas.

Tres pilares

La Educación Sexual Integral basa sus conocimientos en tres pilares fundamentales: la ciencia, las leyes y los derechos. Sólo los conocimientos que surgen de investigaciones regidas por el método científico son válidos para hablar de cualquier tema, particularmente en este caso, de sexualidad.

Nuestro país cuenta con leyes vinculadas a la temática. Algunas de ellas son la Ley Nº 26.061 (2005) de “Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes”, la Ley Nº 26.150 (2006) del “Programa Nacional de Educación Sexual Integral”, la Nº 26.485 (2009) de “Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales”, la Nº 26.618 (2010) de “Matrimonio Igualitario”, la Nº 26.657 (2010), “Ley de Salud Mental”, la Nº 26.743 (2012) de “Identidad de Género” y la Nº 26.862 (2013) “Reproducción Médicamente Asistida”, entre otras.

La ESI visibiliza que toda la gente tiene los mismos derechos y oportunidades, que ninguna persona es superior o inferior a otra por sus características físicas o de personalidad, por su género, por su orientación sexual, por su forma de hablar o de comunicarse, por el lugar en el que vive, por cómo es su familia. De esta forma, es posible prevenir situaciones de bullying, discriminación, violencia de género. Se fomenta la aceptación y el respeto por la diferencia.

La Educación Sexual Integral es un derecho de niñas/os y adolescentes, que debe ser garantizado. Es totalmente absurdo oponerse a una ley que protege y promueve los derechos humanos. Quien está en contra de la ESI está a favor del abuso sexual, de la de ignorancia, de la desigualdad de derechos, de la intolerancia y del aborto clandestino.

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