De los 300.000 alumnos mendocinos que fueron evaluados en el primer Censo de Fluidez Lectora de 2023, que se realizó entre el 15 de marzo y el 12 de abril, la Dirección General de Escuelas (DGE) informó una mejora del 14% respecto del año pasado. Y los números fueron más significativos cuando se escuchó leer a los estudiantes con desempeño crítico: en ese sector el avance fue del 45%.
La mejora en la alfabetización de los estudiantes mendocinos fue celebrada por el Ejecutivo y el propio gobernador Rodolfo Suárez lo comunicó en Twitter, luego de una reunión con periodistas en la que el director General de Escuelas, José Thomas, presentó los datos.
“Si analizamos particularmente los estudiantes con desempeño crítico en 2022, la mejora es del 45%. Esto es un logro significativo para el sistema educativo y para nuestros estudiantes. Queremos agradecer a los docentes, directores y estudiantes por el esfuerzo realizado”, indicó Suárez en la red social. Y profundizó: “Es importante destacar que hubo una mejora del 25% en tercer grado y, si focalizamos en los estudiantes con desempeño crítico de ese curso, la mejora aumenta al 40%”.
Esta medición, la primera de tres que se harán en 2023, tomó como foco a los alumnos de tercero y sexto grado de primaria y de primer año de secundaria.
En ese contexto, Suárez pidió el acompañamiento de los padres en esta política educativa, enviando a los chicos a las escuelas, sobre todo, porque la presencialidad está garantizada y hay en marcha una serie de programas educativos como la jornada extendida con siete horas de clases y un refuerzo en la escolaridad en salita de 5 para preparar las trayectorias escolares.
“Los datos demuestran una correlación entre asistencia y logros en lectura: los estudiantes que faltaron menos de 15 días por año, en las evaluaciones de todos los grados, muestran mejores resultados”, sentenció el mandatario.
Por su parte, el titular de la DGE apuntó a la mejora en un 45% de los chicos que presentaban un estado crítico en la lectura. “Tenemos datos que son alentadores en términos de un récord de chicos censados, más de 300.000, y conocemos cuántas palabras leen. Estamos empezando a ver este número de mejora continua donde implementamos políticas precisas de fortalecimiento a las trayectorias más débiles”, puntualizó Thomas.
Yendo a los datos, el funcionario explicó: “En general, tenemos una mejora del 14% en todo el universo. Particularmente en los chicos críticos está por encima del 40% el crecimiento en la alfabetización. Y en tercer grado la mejora todavía está un poco por encima de esas dos, con lo cual para nosotros el tercero es determinante porque es la edad en la que los chicos ya tienen que estar alfabetizados”.
En la exposición, en la que participaron también la directora de Evaluación de la Calidad Educativa, Romina Durán y la subsecretaria de Educación, Graciela Orelogio, Thomas recalcó la importancia de medir para hacer cambios en la política educativa. “Nosotros tenemos el censo para saber dónde estamos. Ahora, el trabajo que se hace entre medio de censo y censo está en la escuela, en el aula, con los docentes, los directivos, los supervisores. Ahí es donde ocurre la mejora. Nosotros lo único que hacemos es reflejarla y medirla”, apuntó.
El funcionario recalcó que el déficit en la cadencia de la lectura es un “delay” que se produce porque el niño no entiende lo que está leyendo.
Avances
En la primera medición, realizada en abril de 2021, se evaluó una muestra representativa de estudiantes de cuarto y séptimo grado de nivel primario, así como de primer año de nivel secundario, lo que alcanzó a aproximadamente 75.000 estudiantes.
En 2022 se destinaron los recursos necesarios para que el operativo fuera censal y se pudiera medir a todos los estudiantes desde segundo grado de primaria hasta quinto y sexto año de secundaria. Una vez establecidas las condiciones, se obtuvieron 275.000 registros en la primera medición y se censaron 293.000 estudiante.
En tanto, en octubre del año pasado con el Censo de Fluidez Lectora ya se marcaban estos avances hacia la meta de una mejor performance de la educación mendocina.
En aquel momento, la DGE había informado que el 92,73% de los estudiantes mejoraron la calidad en su lectura, según los resultados de la segunda medición que se realizó ese año, en los primeros censos. “Comparado con la primera medición, en tercer grado habíamos registrado un 30% de niños en situación crítica y en esta medición se registró un 16%. Hubo un aumento de estudiantes que avanzaron en fluidez lectora, siendo en tercer grado, fundamentalmente, donde estamos haciendo foco con políticas educativas de intervención, se llegó a duplicar el nivel avanzado”, había reconocido Durán entonces.
La experiencia de Mendoza, como una de las primeras provincias del país que mide la lectura de sus alumnos, cuenta con el acompañamiento del Banco Mundial. Una misión visitó la provincia hace algunos días y ponderó el trabajo que se hace en las escuelas.
La misión estuvo encabezada por la economista de Práctica Global de Educación del Banco Mundial, María José Vargas, quien opinó:”Desde el Banco Mundial hemos compartido técnicamente el Censo de Fluidez Lectura y todos sus dispositivos, sabiendo que es una intervención novedosa, con lo cual nuestra intención es empezar a mejorarla para que, en cada aplicación, se puedan obtener mejores resultados con el objetivo principal de cerrar esas brechas de alfabetización”.