Desde los más jóvenes hasta los adultos, todos estamos inmersos en un mundo que está en constante evolución. Las habilidades tradicionales ya no son suficientes para sobresalir en un mercado laboral. Por lo tanto, es esencial enseñar desde la infancia las habilidades que se requieren para el siglo XXI y así contribuir a achicar la brecha social.
La tecnología puede ser una herramienta poderosa para desarrollar conocimientos clave, como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la creatividad, la colaboración y la alfabetización digital. Estas habilidades no sólo son valiosas para el futuro de los niños, sino que también les permiten participar activamente en la sociedad y convertirse en ciudadanos informados y responsables. En este contexto, acercar la tecnología a los más chicos se ha convertido en una tarea crucial para el desarrollo educativo, social y económico individual y colectivo, dado que el acceso digital se está convirtiendo en la nueva línea divisoria para miles de niños que podrían obtener más ventajas de la tecnología digital y no están beneficiándose de ella.
Según el informe “Niños en un mundo digital” de UNICEF, un número cada vez mayor de pruebas revelan que los niños están accediendo a internet a edades cada vez más tempranas. En algunos países, los niños menores de 15 años tienen la misma probabilidad de usar internet que los adultos mayores de 25 años.
Este abordaje no solo impacta individualmente en las niñeces y las adolescencias, sino que también influye en sus familias y comunidades. Los niños suelen actuar como agentes de cambio en sus hogares, compartiendo sus conocimientos y habilidades tecnológicas con padres, abuelos y hermanos. Esto puede traducirse en una mejora de la calidad de vida de toda la familia al facilitarles el acceso a información, educación en línea, oportunidades laborales y servicios públicos digitales.
Además, la tecnología puede desempeñar un papel transformador en las comunidades con menos oportunidades.
Con el eje de inclusión digital, comunitaria y social, es que desde Potrero Digital creamos “Picadito Digital”, un programa desarrollado e implementado por Fundación Compromiso en el marco de su red de centros de aprendizaje en oficios digitales. Se trata de talleres de programación inicial de videojuegos, robótica y clubes de Youtubers para niños y niñas de 7 a 14 años. En modalidad virtual y presencial, se abordan programas prácticos de desarrollo de videojuegos y robótica educativa. No se requieren conocimientos previos de programación. Las clases son libres y gratuitas y abiertas a toda la comunidad.
El objetivo principal de esta iniciativa es que los participantes desarrollen desde edades tempranas sus capacidades focalizándose en las tres disciplinas esenciales de las habilidades digitales: programación, arte y diseño.
Los objetivos específicos del espacio son el reconocimiento de los principios básicos de la programación y la codificación en los entornos virtuales de código abierto; la inspiración a los alumnos para que se inicien en la elaboración de hipótesis y resolución de problemas, a partir de la utilización de robots virtuales y físicos.
Desde que nació Picadito Digital en el año 2018 hasta hoy, más de mil chicos y chicas de distintos puntos del país han participado de la formación junto a sus familias. Además, se busca que los niños y niñas participantes puedan sociabilizar en el aprendizaje a través de la investigación, observación y experimentación. Las actividades están coordinadas por un equipo de facilitadores especializados en la materia y pensadas para potenciar la inspiración y la creatividad presente en los niños y niñas, a lo largo de todos los encuentros.
De esta manera, puede considerarse a Picadito Digital como la antesala natural de los trayectos de formación de Potrero Digital, que pueden iniciarse a partir de los 16 años de edad. Experiencias como la de Picadito Digital nos muestran que es posible pensar una propuesta inclusiva de aprendizaje de vocaciones digitales, integrándose armoniosamente con acciones del sistema educativo formal, incluyendo acompañamiento pedagógico, social y comunitario desde una perspectiva que tenga en cuenta el contexto social y económico.
Acerca del autor:
Juan José Bertamoni
De formación sociólogo y con casi veinte años de trabajo en la Fundación Compromiso, Juan José Bertamoni no dudó en subirse desde el vamos a la iniciativa de Potrero Digital. Si bien la idea surgió de dos productores audiovisuales - uno de ellos Juan José Campanella- y dos emprendedoras sociales, él formó parte del pelotón inicial y asumió el rol de director desde su génesis, aún antes de que el proyecto viera luz en octubre de 2018.
Potrero Digital, un semillero que se desprende de la Fundación Compromiso para capacitar e insertar en el mercado IT a adolescentes de 16 años en adelante. A la par se creó Picadito Digital, que tiene como objetivo formar a los más chicos (entre 7 y 14 años) en robótica y videojuegos. En este punto, una de las cuestiones que destaca Bertamoni y que involucran a su gestión directiva es que el 62% de los alumnos son mujeres, algo que lo entusiasma mucho porque “es una manera de cerrar la brecha de género en una industria que tradicionalmente está ocupada por varones”, de acuerdo con lo publicado por Punto Biz.
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