Como muchos saben, el primer Censo de Población en Argentina se realizó durante la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento, puntualmente a mediados de septiembre de 1869.
Augusto Belín, nieto del sanjuanino, contó que su abuelo tuvo los resultados del censo en un atril a lo largo de toda la presidencia y que lo consultaba permanentemente buscando generar cambios positivos en la población.
La fecundidad de aquella administración tuvo allí una enorme herramienta.
Por entonces se creó el Registro Nacional de Estadísticas y el Boletín Oficial, para notificar a la población sobre el accionar presidencial.
Gracias a los datos obtenidos de todo el país los cambios que generó Sarmiento no se limitaron solo a la capital. Mejoró, por ejemplo, los caminos en la cordillera y en las provincias para incentivar las economías regionales. Erigió varios puentes en Santa Fe, el edificio de la Aduana en Rosario y muchos faros en las costas nacionales. Llenó al país de líneas telegráficas y casas de correos en ciudades del interior, donde también realizó muchas obras de salubridad.
Conociendo las necesidades, el presidente fundó colegios nacionales en Santiago, Jujuy, Catamarca y Corrientes, y escuelas normales en Buenos Aires y Paraná.
Introdujo las cátedras de Instrucción cívica y los cursos nocturnos para adultos.
Creó el Instituto de Sordomudos y la Inspección de colegios.
Estableció el plan de estudios secundarios.
Reglamentó el sistema de becas y fundó la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares, actualmente en funciones, con el propósito de fomentar la creación y el desarrollo de estas instituciones.
Se subvencionaron libros.
Además, se estableció un censo escolar, escuelas ambulantes en la campaña y premios a las provincias que educaban a más niños proporcionalmente a su población.
Sarmiento asignó a la educación nacional las herencias sin sucesión directa y un octavo de las ventas de tierras públicas, asegurando los fondos para la creación de nuevas escuelas, así como la adquisición de material didáctico de avanzada y mobiliario para estas.
Fundó más de ochocientos establecimientos escolares e introdujo la enseñanza de gimnasia con fines saludables.
Quizás, la mayor diferencia entre aquél censo y el actual es que realmente buscó computar la realidad de los argentinos para subsanar falencias y mejorar sus condiciones de vida, haciendo hincapié en una fuerte base de desarrollo educativo.
Numerosos especialistas coinciden en que las preguntas del último censo no conforman una base pertinente para conocer realmente nuestra situación y ayudar a generar cambios.
Los más arriesgados se atreven a considerarlo una verdadera pérdida de tiempo para muchos argentinos, que despilfarraron todo un día laboral en un país que no puede darse tamaños lujos.
*La autora es historiadora.