Los varones vencieron a Brasil 33-24 en el certamen subcontinental y se quedaron con el título. En tanto que las chicas perdieron con Paraguay 27-20 y no pudieron subirse al podio.
El partido fue sumamente parejo desde el principio. Se vivió con la tensión típica de las finales y de los clásicos entre Argentina y Brasil. Los brasileños estuvieron en ventaja durante la primera etapa, pero en la segunda, los dueños de casa comenzaron a marcar el ritmo, aunque eran seguidos muy de cerca. En el tramo de clausura del juego, los dirigidos por Bruno Puente y Diego Miranda se hicieron fuertes en defensa -liderada por el arquero Juan Manuel Navarro, de excelente partido y paradas en momentos clave- y, por sobre todas las cosas, demostraron una vez más el amplio potencial ofensivo.
Siete goles marcaron el armador mendocino Martín Maya -Municipalidad de Tupungato- y el inteligente central -de Nuestra Señora de Luján- Lucas Obregón. En líneas generales, la actuación del conjunto albiceleste fue sólida y madura e hizo disfrutar al público que se acercó masivamente para vivir esta final.
“Fue un alivio poder ganar y consagrarnos después de todo el nerviosismo que se vivía en la habitación, poniéndonos las vendas, entrando en calor...”, dijo el capitán del equipo, Nicolás Stocco. El pivote de Mendoza expresó que “fue una locura el apoyo de la gente. Muchísimas gracias a todos los que vinieron, se sintió y ayudaron a hacer la diferencia”.
“Hay chicos que juegan desde que nacieron. Yo lo hago desde hace seis años y si en algo coincidimos todos -aseguró Nico envuelto en la bandera argentina- es en que nos rompimos mal para llegar a esto y poder defender los colores. Y los pudimos dejar en lo más alto”.
