La pirámide de Kukulcán, ubicada en la ciudad arqueológica de Chichén Itzá, en el Estado mexicano de Yucatán, es un calendario de piedra construido por los mayas, que también marca los solsticios y los equinoccios, fechas muy importantes para el ciclo agrícola de los pueblos antiguos que habitaron la región. "Kukul" significa sagrado o divino, "puede" significar serpiente.
Después del hundimiento de la cultura clásica maya del Petén en Guatemala, se reconoció el poder político que se ejercía en Chichén, asentamiento reconocido como un lugar sagrado.
El esplendor de Chichén Itzá comenzó a partir del siglo X con la llegada de los toltecas. Sin embargo, los mitos mesoamericanos también inundaron de magia esta región. Una de estas historias es en la que explican cómo llegó a Yucatán el rey-dios Kukulcán conduciendo a su pueblo, proveniente de la ciudad de Tula, en el Estado de Hidalgo.
En Chichén Itzá se rendía culto al gran Kukulcán, que es la representación maya de Quetzalcóatl, la serpiente emplumada. Precisamente hay un edificio emblemático llamado Kukulcán o Castillo que está ubicado en el centro de la plaza, ponderándose como el lugar de los rituales y el eje central del poder religioso y político.
Sin embargo hay otras edificaciones dignas de visitar como el Observatorio, el Templo de los Guerreros, el afamado Juego de Pelota y el Edificio de las Mil Columnas.
Chichén Itzá recibe cada 21 de marzo a más de 70 mil visitantes, quienes absortos admiran la proyección de la serpiente de aproximadamente 33 metros que, de acuerdo a las predicciones mayas, representa el descenso del gran Kukulcán.
Según la cosmogonía maya, la llegada de este dios es la señal que marca el rumbo de los habitantes y el buen tiempo para la cosecha. Sin embargo, si ese día se encuentra nublado o lluvioso, se predicen épocas malas y hasta catástrofes para la región.
El efecto se debe a que la luz del sol cae en la fachada noroeste y refleja siete triángulos de luz que se proyectan entre los escalones, formando el cuerpo de una serpiente que se completa con la cabeza hecha de piedra, que se encuentra en los primeros pasos de las escaleras. El fenómeno es posible gracias a la alineación precisa de la construcción de pirámides con la posición del sol.
Esta zona arqueológica cuyo nombre tiene un significado maya, "Boca del Pozo de los Itzaes", se encuentra a 120 kilómetros al oriente de la ciudad de Mérida tomando la carretera Mérida-Cancún en el municipio de Tinum.
La UNESCO concedió el título Patrimonio de la Humanidad a Chichén Itzá en 1988. En julio de 2007 fue integrada en la lista de Las Siete Maravillas del Mundo de la antigüedad a través de un concurso realizado por del suizo Bernard Weber, quien creó la fundación New Open World Foundation.
Por la cosmogonía e impactante construcción, Chichén Itzá sorprende a los viajeros que buscan los secretos del México antiguo.