La infidelidad en la pareja existe desde los comienzos de la humanidad. Hombres y mujeres, en muchas ocasiones no pueden mantener un lazo afectivo y compromiso sincero con el otro, lo que provoca situaciones de engaño, a veces irreversibles para la pareja.
Pero en la actualidad se habla de microinfidelidad, como el engaño hacia la otra persona pero no en su totalidad. Tiene que ver con la provocación, el deseo de la conquista, la búsqueda de la escucha o el apego a vínculos afectivos del pasado.
"Se habla de microinfidelidad en la medida en que existe el secreto o el engaño. Porque si es un chiste entre amigos o una situación ingenua, no es una microinfidelidad. Pero si yo guardo algo o no le comunico algo a mi pareja, ahí está lo que debemos preguntarnos", sostiene el sexólogo Roberto Viñas.
-¿Qué es la microinfidelidad?
-Es una acción sutil que ejerce una de las personas, que tiene una relación seria o estable y que se concentra en una tercera persona, que puede ser física o emocional. Y es micro porque no sería una infidelidad en sí, porque pasa un poco por el mundo tecnológico que vivimos, con las redes sociales, con dar un Me gusta a alguien que le atrae, o compartir una charla o chistes. Y que no llega ser una infidelidad clásica. Pero hay que pensar que es un camino para la infidelidad.
El diálogo como camino
La energía con la que se da el vínculo emocional y la sexualidad en una pareja, va cambiando con el correr del tiempo. Por eso, la aparición de este tipo de situaciones es una alarma para hablarlo y acordar códigos.
“El dinamismo de la sexualidad es distinto al dinamismo del amor. Si bien es cierto que en una pareja constituida existe toda una época donde estas dos dimensiones se encuentran, con el tiempo pueden diferenciarse por lo menos parcialmente. Porque imaginar que mi pareja va a tener atracción hacia mí durante toda la vida, es una suposición irracional. Por eso siempre existen pequeñas atracciones, que a veces son necesarias y parte de la vida humana. Si lo pensamos así, no lo volvemos tan mítico”.
- ¿Cómo se puede revertir esta situación cuando la microinfidelidad se vuelve común en una pareja?
-El camino es la comunicación, porque la microinfidelidad está afectando a algo muy profundo que es la confianza. Como la confianza es el eje de una relación de pareja, es la comunicación lo que alimenta esa confianza. Por eso hay que abrir el diálogo y decir asertivamente lo que me está pasando o me molesta. Porque conversarlo puede volver a una pregunta importante que es “¿Qué nos está pasando?”. Y de ese modo reavivar el amor y la sexualidad. Porque hay que saber que al amor y la sexualidad hay cultivarla y en estos tiempos hasta con agenda. Si no nos ocupamos, la sexualidad va tomando otros rumbos.
- Las nuevas tecnologías, ¿ayudan a cometer una micro infidelidad?
-Sí. Hace unos años era difícil encontrarnos con alguien fuera del mundo virtual. Además todos estamos propensos a exponer nuestra imagen. Y eso favorece, pero hay que pensarlo en cierto modo como un beneficio. Porque nos hace sentirnos más vivos. Y son desafíos de la pareja, porque tiene que abordarlos.
El pasado y el engaño físico
-¿Qué sucede cuando se toma como infidelidad la comunicación con una ex pareja?
-El criterio para considerarlo microinfidelidad es ocultarlo, si necesito el secretismo. Es la clave para entender si es una microinfidelidad o sencillamente una relación vincular. Si yo me puedo abrir y decirle a mi pareja que tengo una relación afectiva con mi ex, por los recuerdos buenos y lo vivido estará todo dicho. Hay que tomarlo como que es parte de nuestra vida y nuestro pasado.
-¿Y cuando la microinfidelidad está puesta en lo físico y el deseo sexual se traslada a un tercero?
-Si lo físico no llega a una infidelidad tradicional, el límite debe ser acordado en la pareja. No habría un límite que la ciencia o el conocimiento nos pudiera decir. Pero sí es importante que se establezcan códigos. Y eso tiene un tiempo y tal vez haya que volverlo a revisar. Los límites son el resultado del acuerdo, porque detrás de todas estas cosas está el daño emocional, que puede experimentar la otra persona. Entonces si con la otra persona estoy comprometido y la quiero, tengo que tener respeto para evitarlo. Lo que sucede que venimos de una cultura donde la sexualidad no se hablaba y era un tabú.
