"La misantropía es cuando una persona rechaza a la especie humana en general. Etimológicamente, el término significa odio al ser humano", comienza diciendo la psicóloga Ana De La Fuente.
Si bien puede sonar fuerte y algo extraño, los misántropos existen y hay distintos casos alrededor del mundo.
Lo cierto es que el odio entre los seres humanos siempre ha estado vigente desde tiempos remotos. De hecho, la filosofía dice que el hombre es considerado uno de los mayores peligros. Sin ir más el lejos, el filósofo alemán Arthur Schopenhauer fue considerado un misántropo, y escribió: "La existencia humana debe ser una especie de error".
Catalogada por algunos como una filosofía de vida, la misantropía puede manifestarse de diferentes maneras, desde la crítica social (en sus formas más inofensivas) hasta la destrucción o la autodestrucción, llegando así a extremos peligrosos.
“La realidad es que no se trata de una enfermedad mental, ni de un trastorno, pero sí puede acarrear una enfermedad psiquiátrica subyacente, así como depresión, estrés y síntomas negativos en todos los sentidos”, expresa De La Fuente.
Y agrega que “al ser casos aislados, no es tan sencillo identificar a estas personas, pero sí puedo afirmar que se trata de individuos que ya vienen con otro tipo de complicación afectiva. No es algo orgánico o que surge de un día para el otro. Aunque hay casos extremos (o donde se observan situaciones de peligro), lo ideal es que el grupo familiar realice una consulta con un psicólogo para saber cómo proceder”.
Este aislamiento social es causado porque la persona no recibe o cree no recibir un buen trato de la sociedad en forma constante. De este modo, este individuo se cierra completamente a todo tipo de relaciones sociales.
Según los especialistas, la cura es impredecible cuando el sujeto se adentra en un profundo aislamiento del resto de la gente. Pero sobre todo, el problema aumenta cuando esta persona adopta un grado de desconfianza hacia el resto cada vez más elevado, llegando así a desconfiar en situaciones de poca importancia o pequeñeces.
Estudios realizados
El British Journal of Psychology ha publicado una investigación en la que se demuestra que la mayoría de las personas que no disfrutan especialmente de la socialización y presentan ciertos rasgos misántropos en su personalidad son más inteligentes que el resto.
Tras entrevistar a más de 15 mil personas, los investigadores llegaron a las siguientes conclusiones: en primer lugar, lo que realmente hace feliz al ser humano es el estilo de vida de los primeros hombres: cazadores y recolectores. Por lo tanto, vivir en ciudades superpobladas donde hay un contacto continuo con otros, pero de forma fría e intrascendente, sólo genera inquietud y estrés.
En segundo lugar, las personas inteligentes tienden a resolver sus problemas y dudas por sí mismas, y sienten que no necesitan a los demás para ayudarles en estas situaciones. Y en tercer lugar, los que atesoran un alto coeficiente intelectual perciben que pierden el tiempo cuando socializan, ya que creen que deben emplear el mismo en objetivos más elevados.
Por otra parte, el estudio también ha revelado que depositar la confianza en otras personas es esencial para nuestra supervivencia, aunque intuimos que en este caso la calidad se antepone a la cantidad.
Características del misántropo
- No les gusta respetar normas ni tiempos. Tampoco asuntos legales o tareas estrictamente burocráticas.
- Intentan evitar todo tipo de reuniones sociales o eventos en donde tengan que participar o socializar con otras personas.
- Muy pocas cosas les causan sensibilidad o pena. Incluso la pérdida de un ser querido en donde no suelen verse afectados y no tienen el sentimiento de llorar.
- Disfrutan de la soledad y de aquellos espacios en donde no hay mucha gente. Sin embargo, tienen una relación muy cercana con sus mascotas.
- Se consideran superiores y les cuesta encontrar gente a la que ellos consideren con un nivel igual o superior.
- Tiene un gusto exagerado por la lectura y la música. Recurre con frecuencia a citas académicas y al sarcasmo.
- Crea su propio mundo y ambiente. Solo se rigen por sus propias reglas, ya que se sienten relegados de la sociedad dominante.
