En ocasiones, una ballena simplemente quiere otro cantar. Esa es una de las cosas que los investigadores han descubierto recientemente al escuchar furtivamente a las ballenas y estar pendientes de cambios en su patrón y tono. Nuevos estudios sugieren que las ballenas están evolucionando constantemente, una forma de comunicación que apenas empezamos a comprender.
La mayoría de las ballenas hace vocalizaciones, pero las ballenas dentadas producen sonidos de chasquidos y silbidos. Las ballenas jorobadas, y posiblemente las ballenas boreales, emiten cantos complejos con patrones repetidos, dijo Michael Noad, profesor asociado en la Universidad de Queensland, en Australia.
¿Por qué cantan?
La hipótesis principal es que las ballenas jorobadas macho -sólo los machos cantan- intentan atraer a las hembras. Pero también pueden alterar su canto cuando hay otro macho en las cercanías, aparentemente para evaluar el tamaño y la condición de un rival, dijo Noad.
Tampoco está muy claro por qué los patrones musicales de las jorobadas tienden a ser más complejos que los de otras ballenas. Noad dijo que eso podría ser resultado de "una selección desatada".
Las primeras jorobadas con cantos complejos tuvieron un éxito tan abrumadoramente superior para aparearse que obtuvieron una ventaja evolutiva. Esto condujo a unos animales muy grandes y muy ruidosos.
En uno de los estudios, realizado por la Wildlife Conservation Society, con sede en Nueva York, los investigadores siguieron a ballenas jorobadas por las costas este y oeste de África.
El estudio, publicado en la revista Royal Society Open Science, confirmó que las dos poblaciones interactúan, destacando un empalme en sus vocalizaciones.
"Las ballenas jorobadas macho dentro de una población tienden a producir el mismo tipo de canto, pero continuamente cambia y evoluciona con el tiempo", dijo Melinda Rekdahl, de la WCS. "Se estima que es uno de los mejores ejemplos de evolución cultural en el reino animal".
Una razón podría ser la novedad, para ellos y para las hembras.
Jenny Allen, quien fue estudiante de doctorado con Noad, encontró un patrón inesperado entre las ballenas jorobadas. Una vez que sus cantos alcanzan un cierto grado de complejidad, las jorobadas abandonan esa tonada y adoptan una nueva y más sencilla.
"Ese claro patrón oscilatorio fue algo que realmente no anticipábamos", dijo Allen, hoy investigadora postdoctoral en la Universidad de Queensland. Suponiendo que el objetivo de los cantos es atraer a las hembras, "podría ser que un canto nuevo sea un poco más sexy que continuar cantando la versión complicada del canto viejo", dijo.
Los cantos de las ballenas jorobadas tienen más patrones repetitivos, lo que podría hacerlos más fáciles de recordar, de la misma manera en que las rimas al final de los versos de poesía ayudan a la memorización, dijo Allen. También halló mucha predictibilidad en los patrones y los comparó con canciones de música pop basadas en los mismos cuatro acordes.
Varios investigadores en la Universidad de Brest, en Francia, encontraron que bajó el tono de las vocalizaciones de la ballena azul de la Antártida, la ballena azul pigmea y la ballena de aleta, de 2007 a 2016 en el Mar Índico del sur.
Debido a la anatomía del cetáceo, una vocalización más fuerte tiene un tono más alto. Las ballenas se han vuelto un poco menos ruidosas, dijo Emmanuelle Leroy, hoy investigadora miembro de la Universidad de Nueva Gales del Sur.
El equipo de Leroy tiene dos hipótesis. Ya que las poblaciones de ballenas han estado recuperándose desde el fin de la caza comercial de ballenas, quizás los cetáceos no necesitan que sus vocalizaciones alcancen distancias tan grandes.
O quizás la acidificación de los océanos debido al cambio climático esté haciendo que las vocalizaciones alcancen mayores distancias de manera natural, lo que permite a las ballenas reducir su volumen.
Su investigación, publicada en el Journal of Geophysical Research: Oceans, también mostró que el tono de las ballenas azules de la Antártida se elevaba durante la primavera y el verano.
Esa podría ser la respuesta de las ballenas al ensordecedor desprendimiento de los icebergs. Estos sonidos extremadamente altos dificultan que las ballenas se escuchen unas a otras.