Llegamos a diciembre y a las fiestas de fin de año; ¿cómo está tu carga emocional? El último mes del calendario genera un pico de sensaciones y sentimientos que, a veces, podemos cargar con una sonrisa; mientras que, otras, no. El pecho se comprime, la garganta se hace un nudo, los ojos se nublan y los hombros se tensionan. Todo eso es el estrés del año, sumado a lo que estas celebraciones familiares despierta en cada persona.
La propuesta es sencilla: practicar yoga antes de la reunión familiar. Incluso, mucho antes de la fecha especial. Pues, ejercitar con frecuencia algunas de las posturas de yoga, te ayudará a estar más relajada y en estado presente. Sin que la mente divague en el pasado, ni se anticipe a un futuro que no existe. Recordá que, para esta filosofía milenaria, solo importa el momento presente.
En esta última edición del año te cuento cuáles son las cinco mejores posturas para que logres relajar la mente y, por ende, que tu cuerpo no sufra los golpes de los momentos de mayor carga emocional. ¡Comencemos!
Postura de la montaña (Tadasana)
Una postura de equilibrio y de estiramiento de la columna vertebral, primer centro de energía vital. Reduce los niveles de estrés y trabaja sobre la estabilidad emocional.
· Empezamos parados sobre la manta, con pies separados al ancho de caderas.
· Espalda recta.
· Brazos relajados al costado del cuerpo.
· Podemos separar un poco los brazos del cuerpo, palma de las manos activas y mirando hacia el frente.
Una variante es elevar los brazos por encima de la cabeza, formando una línea recta con nuestro cuerpo y colocamos las palmas una frente a la otra.
Postura de la pinza de pie (Uttanasana)
Uttanasana relaja la espalda, los hombros, el cuello y la cabeza. Libera el estrés acumulado y favorece el descanso. Si el cuerpo no tiene demasiada flexibilidad, se puede realizar la media pinza, para evitar lesiones innecesarias.
· Para realizarla tenemos que colocarnos de pie, con los pies juntos.
· Flexionar la cadera hacia adelante, para que la columna quede siempre en línea recta.
· Al inhalar, tomar todo el aire mientras se abren los brazos por el costado del cuerpo. Al exhalar, relajar el torso hacia delante, intentando tocar el suelo con las manos.
· Las piernas deben estar bien estiradas.
· Cabeza y cuello relajados.
En caso de sentir tensión o de no lograr la postura completa, se podrá flexionar las rodillas y, poco a poco, estirarlas según se avance en flexibilidad.
Postura del niño (Balasana)
Esta postura ya la practicamos en ediciones anteriores. Solo vamos a recordar que, esta asana, relaja completamente la espalda a la vez que realiza un masaje abdominal. Esto remueve las emociones y las tensiones acumuladas en la zona del tercer chakra (Manipura).
· Tenemos que colocarnos de rodilla en la colchoneta o mat de yoga.
· Rodillas al ancho de cadera.
· Inhalar y al exhalar nos sentamos sobre talones.
· Empujar la espalda hacia adelante, logrando tocar el piso con la frente.
En caso de poder hacerlo, estirar los brazos hacia adelante o hacia atrás, al costado de cuerpo.
Postura del cadáver (Savasana)
Una postura de transición y relajación. Mejora la calidad del sueño y baja tensiones.
· Nos recostamos sobre la manta boca arriba.
· Cabeza y cuello alineados a la espalda y a la cadera.
· Brazos alejados del cuerpo y estirados a lo largo del cuerpo.
· Palmas de las manos mirando hacia arriba, en posición activa. Es decir, bien abiertas.
Postura del loto (Padmasana)
Esta es la postura más conocida de la práctica del yoga. Es completa en todos los sentidos y, al alinear la columna, activa los centros energéticos ubicados en los chakras principales. Relaja, evita el estrés y mejora la respiración.
· Simplemente nos sentamos en el mat con las piernas cruzadas.
· Intentamos colocar cada pie sobre el muslo de la pierna contraria.
· Plantas del pie mirando hacia arriba.
· Palmas de las manos se tocan, en postura de rezo, a la altura del pecho (chakra del corazón).
· De ser posible, que los dedos pulgares toquen el esternón.
Cuando realices esta secuencia, recordá sostener cada postura al menos cinco respiraciones completas, siempre por nariz.
Cada edición fue una invitación para conectar con esta filosofía milenaria cuyos resultados son notables a medida que se mantiene la práctica y se vive en el presente. Te invito a seguir con tu disciplina durante la época estival.
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