El principal reto al que se enfrenta un arquitecto es el acabado de la fachada de cualquier proyecto de una vivienda. Se puede diseñar de múltiples maneras, desde distintos colores, texturas, hasta darle su propia personalidad con volúmenes y diversos materiales.
En este punto, la fachada ventilada es una de esas técnicas de construcción muy efectiva para solucionar el aislamiento de la casa y evitar problemas de condensación. Es un sistema excelente que coexiste a la perfección con las nuevas tendencias de arquitectura sostenible.
En Europa, que siempre han ido un paso por delante por el respeto por el medioambiente, esta técnica es considerada como el sistema más efectivo para conseguir un adecuado aislamiento. En la actualidad, son cada vez más las construcciones que apuestan por este tipo de revestimiento.
Características de las fachadas ventiladas
Se diferencia de las fachadas tradicionales porque están compuestas por varias capas. La instalación de una fachada ventilada consta de un muro de soporte, una capa aislante y un material de revestimiento que se fija al edificio con la ayuda de una estructura de sostén. Con esa capa, entre el muro portante y el material de revestimiento se crea una cámara de aire no estanca, que favorece una correcta ventilación.
Esa es la clave. Ese espacio que permite la circulación del aire, el llamado ‘efecto chimenea’, en el que el aire frío entra por abajo y el aire caliente sube. Esto significa en la práctica, que en verano el aire caliente sube y la cámara se renueva de aire más frío. Mientras que en invierno, el aire no asciende al no calentarse lo suficiente, no se renueva y la capa aislante retiene el calor que procede del interior.
Este fenómeno de movimiento natural de partículas evita el sobrecalentamiento en los meses de calor y durante los periodos más fríos, la temperatura interior se conserva.
Productos de aislamiento térmico, acústico y absorbente de sonido
- Las soluciones más destacadas con las que los arquitectos están más familiarizados para el revestimiento de estas fachadas son la piedra, la madera, la cerámica y el gres porcelánico, el composite o resinas compuestas, la chapa y el vidrio.
- Otros materiales de acabado para uso externo son los paneles de cemento, placas de colores con un núcleo de lana de roca, paneles rígidos de lana de roca volcánica o de lana mineral recubiertos para que repelan el agua.
- En cuanto a las capas aislantes térmicas y también acústicas, además de productos absorbentes de ruido, la gama de productos es muy amplia. Desde placas de espuma poliuretano y de melamina, paneles fabricados 100% con productos naturales sin aditivos o de vidrio celular, fieltros porosos, láminas sintéticas viscoelásticas y membranas pesadas, que aíslan de las temperaturas altas y bajas, del ruido aéreo y son excelentes reductores de vibraciones. También los paneles y fieltros de lana de roca y mineral son excelentes aislantes acústicos.
- Asimismo, hay otros elementos como sistemas específicos para el suelo fabricados en poliuretano, paneles de distintos materiales como fibra de madera, lana mineral o algodón, mallas de láminas de acero galvanizado, o los llamados paneles de sándwich compuestos por dos láminas de acero adheridas mediante un adhesivo orgánico al núcleo de lana de roca tanto para el techo como las paredes. Además de baffles e islas acústicas con gran poder de absorción del ruido para los techos.
Éstas y otras soluciones que puede aportar una empresa especializada en la distribución de este tipo de materiales para la construcción, permiten una mejor ventilación, aumenta considerablemente la eficiencia energética de la casa, incrementan la protección contra el agua y elimina las condensaciones y los puentes térmicos.
En el caso en el que se decida poner una cubierta ventilada, no hay gran inconveniente ya que su instalación es en el techo. También se genera una cámara de aire entre la capa superior encargada de la protección contra todo tipo de climatología, y la capa inferior que hace de protector térmico.
Las principales ventajas de una fachada ventilada
Para los arquitectos, el mayor de los desafíos que presenta la instalación de fachadas ventiladas es conseguir que se mantenga la visibilidad desde el interior. Por regla general, se instaura donde menos ventanas sean necesarias, ya que la luz natural en una estancia también supone un ahorro energético y económico. Destacamos algunos de los beneficios de esta técnica de construcción.
- Prolonga la vida útil de la fachada, ya que la ventilación constante que se da dentro de la cámara de aire lo mantiene seco y mejora la resistencia del material de revestimiento exterior. Además, el mantenimiento que debe realizarse es prácticamente inexistente y es fácil el recambio de piezas.
- A nivel estético, gracias a la diversidad de materiales para el acabado que se pueden elegir, la casa gana personalidad propia y aportan una estética más moderna y actual.
- Es resistente a los agentes atmosféricos. Por los materiales que se utilizan la casa está protegida ante la lluvia, nieve, granizo, heladas y cambios bruscos de temperatura y asimismo, aislada del calor ante las altas temperaturas.
- Se elimina el problema de la humedad y la oxidación, que además de dañar las casas y hacer las temperaturas más insoportables es un fenómeno realmente perjudicial para el ser humano.
- El factor más importante está relacionado con la sostenibilidad que propician. Se disminuye el consumo energético y es una gran aportación en beneficio del medioambiente y actualmente, representa un elemento de gran valor si cumple con los requerimientos de las normativas por la sostenibilidad.
En la mayoría de situaciones con las fachadas ventiladas tanto en verano como en invierno, no es necesario usar sistemas de climatización. Esta técnica puede aplicarse en nuevas construcciones o en la rehabilitación de edificios, mejorando así la eficiencia energética y favoreciendo un entorno más saludable y sostenible.