Japón no es conocido precisamente por ser un país asequible al que viajar. Si bien, la oferta gastronómica es cada vez más variada y económica y el transporte ha ido abaratándose con la puesta en circulación de pases para desplazarse por las islas, a las extenuantes horas de vuelo hay que sumarles el abultado precio de los billetes de avión y unos alojamientos sumamente caros, que no han dejado de crecer.
Ahora, un hotel en la ciudad de Fukuoka, el Business Asahi Ryokan, ofrece a sus clientes la estancia más barata de todo el país. Cuando Tetsuya Inoue, de 27 años, comenzó a dirigir el año pasado Asahi Ryokan, propiedad de su abuela, se preguntó cómo podría mejorar los negocios en la nueva economía. Después de que un youtuber británico pasara en vivo gran parte de su estadía en la posada, Inoue tuvo una idea: ¿qué pasaría si pudiera usar Internet para atraer una nueva audiencia y una nueva fuente de ingresos?
La habitación es parecida a la de otros hoteles que puedes encontrar en Japón, con tatami en el suelo, un saco de dormir, una pequeña mesa para el café, un televisor y una tetera. Lo único extraño es la presencia de una tablet con una cámara activa apuntando al centro de la habitación, sin que haya ningún punto ciego.
24 horas vigilado
Este reality show casero solo se da en una habitación, la número 8 del hotel, Inoue puso en marcha la idea cuando vio que era la menos reservada. Decidió reducir su precio y hacer streaming de los que se hospedaran allí para intentar potenciarla.
Pero esto no es como Gran Hermano, no es necesario dar espectáculo, discusiones o estar todo el rato allí. El inquilino puede hacer una vida normal. Eso sí, es recomendable no quedarse completamente desnudo. Para ello, está disponible el baño compartido sin cámaras. Como es habitual en los «ryokans» (posadas tradicionales japonesas) los baños son compartidos, por lo que se espera que los huéspedes se cambien de ropa allí y no delante de la cámara.
El streaming en directo solo es de video, por lo que tus llamadas y conversaciones se mantendrán privadas. Algunas personas parecen disfrutar de esa posibilidad de recibir la atención de miles de personas anónimas e incluso se animan a interactuar con los espectadores, que pueden comentar el streaming en directo a través de un chat.