Ubicada en el corazón del Valle de Uco encontramos a la Bodega Rolland, en Clos de los Siete. Un espacio de culto al vino cuya arquitectura es de carácter moderno y frío. Los colores del lugar están dados por el hormigón, siendo neutros, blanco y gris.
Esta bodega productiva cuenta con una posada privada. La misma se encuentra en la planta alta de la bodega. Del mismo modo que este espacio íntimo, la ejecución de interiorismo también se desarrolló en el acceso principal de turismo.
En los espacios intervenidos transcurre la vida familiar, íntima y también encuentros entre amigos. La propuesta realizada proporciona calidez y respeta al máximo el estilo original del conjunto.
El trabajo de diseño es completamente artesanal y elaborado con las manos, potenciando así la labor de las manos autóctonas. Los únicos elementos que rompen con esta premisa son los artefactos de iluminación.
El diseño de cada rincón fue pensado de manera exclusiva. Se utilizó material natural como piedra, cuero, maderas, fieltros, resinas, telas de algodón, lino y rafia. Esto permitió incorporar los colores de cada elemento, resaltando así el tostado, el negro y los grises que combinan con el verde del lugar y los violetas oscuros de la uva.
Dicha intervención tuvo como resultado espacios contemporáneos, elegantes y sobrios, perfectamente combinados con la rusticidad.
En esta posada encontramos un estar comedor amplio y una cocina separada por una barra. Más alejado, un estar íntimo con chimenea y espacio para ver televisión. Tiene, además, dos dormitorios, cada uno con baño privado. Y, al exterior, un balcón sorprendente y con panorámicas increíbles.
En el acceso de turismo, en la planta baja, un sillón da la bienvenida al lugar. Brinda espacio para acomodarse y así contemplar el lugar. Una mesita de pie de zuncho y tapa de roble recuperado de toneles con tonos rojizos de los taninos, completan el ambiente.
En el gran estar un sillón negro en L y un mueble con treinta piezas de cerámica hechas a mano colocadas en la pared, generan relajación. Se suman al espacios adornos y cuadros son obras de artistas locales.
El rincón se completa con un dressoire de ciprés que tapa la trasera del sofá, lámparas de resina, una mesa central hecha en chapa rústica, con soldaduras marcadas y sillones de rattan hechos a mano.
Canastos tejidos con fibras naturales de plantas autóctonas del lugar hacen conectar con la majestuosidad de la montaña.
Un sillón de cuero color ciruela está ubicado en la zona íntima. En él cuelga un cuadro con tonos elegidos estratégicamente. Las mesas y asientos naturales, artesanales y únicos.
En los dormitorios hay mantas y almohadones tejidos en telar. Además, sus cabeceros también son hechos a mano.
En el balcón se pueden observar camastros de hierro diseñados por el estudio. Asimismo, colchones similares a los antiguos, cosidos a mano. Cada pieza es única, exclusiva, trabajada por manos argentinas, con técnicas tradicionales, lo que proporciona un valor extra, y una sensación acogedora que fue la primera condición.
Ficha técnica
Fecha: Noviembre 2018/19
Lugar: Clos de los siete, Vista Flores, Tunuyán, Mendoza
Estudio: Ale Reta y asoc. Arquitectura & Interiorismo
Profesionales: Arq. Alejandra Reta y Arq. Matías Amaya
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