El tiempo juega en contra y necesitás lucir unas manos perfectas con unas uñas impecables, ¡no te preocupés! Seguí este ritual de belleza y vas a conseguir unas uñas preciosas y envidiables en tiempo récord.
Limpiar y limar las uñas
Es necesario limpiar las uñas antes de limarlas, tanto si las tenés pintadas como si no. Debemos resaltar que nunca nos las pintaremos encima de restos de esmalte anterior... ¡queda muy descuidado!
Tenés que limpiarlas con toallitas o quitaesmalte. En cualquier caso, para eliminar rápidamente todos los restos, lo más eficaz es empapar un disco de algodón en quitaesmalte y presionar sobre la uña unos segundos (sin restregar), después, retirá arrastrando con suavidad desde el nacimiento de la uña hacia la parte más externa, vas a ver como eliminás con mucho menos esfuerzo los restos de esmalte. ¡En segundos!
Posteriormente, las limaremos suavemente en una misma dirección, para darles forma, ya sea cuadrada u ovalada.
Exfoliá e hidratá
Es el momento de dar suavidad a las uñas. Para ello, si no tenés un exfoliante específico, siempre podéss utilizar un poco de aceite de oliva o de almendras para alisar la superficie, pues van a quedar mucho más brillantes y suaves, y disimularán la sequedad y pielecitas que ahora no tenés tiempo de eliminar.
La belleza de las uñas es importante, pero no menos lo son las manos, pues forma todo un conjunto armonioso que no se debe descuidar. Masajeá las manos con una loción hidratante específica con factor de protección solar, importantísimo para evitar las antiestéticas manchas solares.
Aplica el esmalte
Ya estamos en el último paso, la aplicación del esmalte, esencial para que las uñas queden perfectas. Rojo pasión, negro, azul eléctrico, metalizados…, seguro que tenés cientos de tonos, pero en una manicura rápida no tienen cabida, ya que requieren mayor dedicación. Lo ideal es aportar por una base transparente o un tono nude.
Secá bien las uñas (que no quede ningún resto de aceite del paso anterior) y aplicá una primera capa de esmalte, si puede ser de secado rápido, mucho mejor. Así, en apenas unos segundos podrás aplicar la segunda capa o aún mejor, un esmalte de brillo sellador “top coat” que protegerá tu manicura.
Para acelerar el secado de las uñas, el aceite de cocina en spray es muy efectivo. Cuando terminés de aplicar el color, rocía un poco de aceite sobre las uñas, desde varios centímetros de distancia. Permite que actúe un par de minutos y después lava las manos para retirar el aceite. Si lo prefieres, podés aplicar una gota de aceite de oliva con un pincelito. ¡Tus uñas se secarán en segundos!
Si no tenés aceite a mano, la solución para secar tus uñas rápidamente es el agua muy fría, pues el esmalte se seca por completo cuando es expuesto a bajas temperaturas. De manera que, tras esperar un par de minutos después de pintarlas, sumergí las manos dentro de un recipiente con agua fría y unos cubitos de hielo durante un par de minutos, teniendo cuidado de que las uñas no se toquen entre sí, tampoco con los bordes del recipiente. El esmalte se habrá adherido perfectamente a la uña aumentando su durabilidad y además habrá ganado en brillo.
Para finalizar, podés extender sobre las uñas un poquito de aceite de cutículas para suavizarlas. ¡Ya estás lista!
¡Consejo esencial! Cada noche antes de acostarte, realiza una exfoliación suave con jabón neutro, al que vas a añadir un pellizco de azúcar granulada. Aplicá en tus manos mediante un suave masaje circular y aclará con agua fría. Después, aplicá una crema específica, ponete unos guantes de algodón y dormí toda la noche con ellos. Tus manos al día siguiente estarán suaves como la seda.