El yoga es una disciplina completa que permite no solo trabajar el cuerpo emocional y mental, sino también el cuerpo físico. Este compañero de ruta merece cuidados constantes y es nuestra responsabilidad mantenerlo saludable, por ello, las asanas son la mejor opción.
En otros artículos te he mencionado que existen grupos de asanas para reforzar y trabajar diferentes partes del cuerpo. En esta ocasión hablaremos de una de las articulaciones más sensibles de todas: las rodillas.
Esta articulación está formada por hueso, cartílago, ligamentos y líquidos. Además, existen músculos y tendemos que participan en la movilidad de las rodillas. Es tan compleja su funcionalidad que un mínimo golpe o molestia puede ocasionar dolor o dificultades para caminar. Y esto, indudablemente, repercute en la vida diaria y en la manera en que desarrollamos nuestras actividades.
Si bien, un problema de rodillas puede estar relacionado con algún golpe o una fuerza mal realizada; la biodecodificación sostiene que este dolor puntual refiere a cuestiones más bien emocionales. Recordemos que esta articulación es una de las más importantes de todo el cuerpo, no solo porque es la más grande, sino que, además, permite el desplazamiento de cuerpo y soporta nuestro peso cuando estamos de pie.
Por eso mismo, una molestia en las rodillas refiere a un problema de flexibilidad ante la vida. Asimismo, simboliza el amor propio y el orgullo que sentimos ante una situación determinada o ante una persona. Es decir, cuando no somos capaces de dejar nuestro orgullo o no nos amamos ni respetamos lo suficiente; aparece alguna patología en esta zona del cuerpo.
Y para poder hacer frente a cualquier incomodidad en las rodillas, el yoga tiene una respuesta perfecta: las asanas. Sin embargo, será necesario complementar la práctica con alguna terapia alternativa que nos permite aceptar la vida y trabajar las emociones que endurecen nuestro estado mental.
Secuencia Guerrero II
La postura del Guerrero es, sin dudas, una de las más valiosas dentro de la práctica del yoga. Esto se debe a que trabaja sobre la resistencia y, por lo tanto, refuerza la articulación de las rodillas.
Hacer esta postura y sostenerla al menos 10 respiraciones, garantiza un buen trabajo tanto en la zona afectada como en la carga emocional que provoca dicha molestia.
Balasana
Balasana es una postura de relajación que trabaja con fuerza en la zona abdominal, pero también estira la columna vertebral y la afloja. Sin embargo, las rodillas reciben un descanso a la vez que la tensión en ellas permite estirarlas.
Trikonasana
La postura del ángulo restringido estira los músculos de toda la pierna a la vez que masajea la zona afectada. Esta postura es perfecta la aliviar el malestar a la vez que aquieta la mente.
Utkatasana
Esta postura colabora en el equilibrio físico, pero también mental. Fortalece las piernas en su totalidad y, potencia la funcionalidad de las rodillas.
Practicá estas posturas en la comodidad de tu casa, en silencio y, sobre todo, en un espacio donde podás sentir aire fresco. Recordá que el yoga trabaja el cuerpo y los estados emocionales, por lo tanto, la respiración es fundamental para sostener las asanas. El aire, como elemento fundamental, colaborará en tu práctica. ¡Adelante!
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