El 11 de septiembre de 2001, el mundo se conmovió ante el atentado a las Torres Gemelas que provocó casi tres mil muertes en Nueva York, Estados Unidos. Una de las conexiones más íntimas de la humanidad con el horror de esa fecha es la historia detrás de la foto en la que un hombre desesperado se lanzó al vacío.
La revista Time dialogó hace un tiempo con el fotógrafo Richard Drew, autor de una de las imágenes que más revelan la tragedia humana del “11-S”.
Drew cuenta que ese día tomó el metro desde Times Square hasta la parada anterior al World Trade Center. Lo primero que vio al salir de la estación, dice, fueron las columnas de humo en las dos torres.
Cuando se dio cuenta de que algunas personas que salían por las ventanas en los pisos incendiados, sacó la cámara instintivamente y empezó a tomar fotos. Entre esas hizo la conocida como “The Falling Man”.
Nunca se ha declarado oficialmente la identidad del hombre. Se sabe que la imagen corresponde a la Torre Norte del World Trade Center, y que fue tomada a las 9:41 de la mañana.
No fue posible recuperar ni identificar los cadáveres de las decenas de personas que murieron al verse forzadas a lanzarse al vacío.
En 2005, la vocera de la Oficina del Forense de Nueva York, Ellen Borakove, le dijo al diario The Washington Post que los expertos ya habían agotado todas las posibilidades de la tecnología existente hasta entonces para recuperar e identificar los restos.
Todas las víctimas fueron declaradas muertas por homicidio causado por trauma contundente, excepto los secuestradores asesinos. Los que se vieron forzados a lanzarse al vacío no fueron declarados muertos por suicidio.
Entre las teorías de quién puede ser “el hombre que cae” está Norberto Hernández, chef de la dulcería del restaurante Windows of the World (Ventanas al mundo) en el piso 106 de la Torre Norte. Miembros de su familia estuvieron de acuerdo inicialmente, pero al examinar la ropa con más detenimiento no se mostraron del todo convencidos.
Tom Junod, periodista de la revista Esquire, fue quien por primera vez, en un artículo publicado en septiembre de 2003, llamó a la foto The Falling Man. Según Junod, se trataba de Jonathan Briley, de 43 años, técnico de audio del mismo restaurante y residente de Mount Vernon, en Nueva York.
Quién era Jonathan Briley y la confusión con el “hombre que cae”
Jonathan Briley trabajaba en el restaurante Ventanas al Mundo. Algunos de sus compañeros de trabajo, al ver las fotografías de Drew, pensaron que podría ser “El hombre que cae”. Era de piel ligeramente oscura. Medía más de seis pies y medio y tenía 43 años. Tenía bigote y pelo corto.
El padre de Briley es un pastor, un hombre que ha entregado toda su vida a la devoción del Señor. Después del 11 de septiembre de 2001, reunió a toda su familia y le pidió a Dios que le dijera dónde estaba su hijo.
El FBI lo llamó. Habían encontrado el cuerpo de su hijo. Milagrosamente, estaba intacto.
El hijo más joven del pastor, Timothy, fue a identificar a su hermano. Lo reconoció por los zapatos: llevaba botas negras altas. Timothy le quitó una y se la llevó a casa como recuerdo.