Un grupo de activistas climáticos vandalizó el martes una famosa pintura del artista Gustav Klimt con un líquido negro y oleoso. Tras el ataque, ocurrido en un museo en Austria, uno de los integrantes de “Última generación” se pegó al marco del cuadro.
Miembros del grupo Last Generation Austria dijeron en Twitter que habían atacado la obra de 1915 “Muerte y vida” en el Museo Leopoldo de Viena para protestar por el empleo de energías fósiles por parte de su gobierno.
Tras arrojar el líquido a la pintura -que no resultó dañada porque estaba cubierta por un cristal-, un activista fue empujado por un guardia de museo mientras otro se pegaba la mano con pegamento al marco del cuadro.
El grupo defendió su acción en Twitter y dijo que protestaban contra la extracción de gas y petróleo, que definieron como “una sentencia de muerte para la sociedad”.
En un video del incidente, que el grupo publicó en internet, uno de los activistas se escucha gritando que “¡Hemos sabido sobre el problema por 50 años, debemos actuar finalmente, si no el planeta se dañará!”.
“¡Detengan la destrucción por combustibles fósiles! ¡Estamos corriendo hacia el infierno climático!”, agregó. Tras el ataque la policía llegó al museo y el líquido negro fue rápidamente limpiado del vidrio que protege la pintura, reportó Austria Press Agency.
A pesar de los estrictos controles de seguridad a la entrada del museo, los activistas lograron ingresar el líquido escondiéndolo en un termo bajo su ropa, reportó la agencia. El equipo de restauración del museo dijo más tarde que, aunque la pintura no fue dañada, el daño al cristal y al marco de seguridad, así como la pared y el piso era “evidente y significativo”, reportó APA.
Hans-Peter Wipplinger, director del Museo Leopoldo, dijo a APA que las preocupaciones de los activistas climáticos estaban justificadas, “pero atacar obras de arte es definitivamente la manera incorrecta de implementar la meta buscada de prevenir el colapso climático pronosticado”.
El director instó al grupo a encontrar otras maneras de expresar sus preocupaciones.
La ministra de cultura de Austria también expresó su comprensión sobre estas inquietudes y “la desesperación” de los activistas, pero criticó su forma de protestar.
“No creo que las acciones como esta sean significativas, porque surgen dudas sobre si no llevan a una mayor falta de comprensión en vez de una mayor consciencia sobre la catástrofe climática”, dijo Andrea Mayer.
“Según lo veo, aceptar el riesgo de un año irrevocable a obras de arte es una forma equivocada”, agregó la ministra. “El arte y la cultura son aliados en la lucha contra la catástrofe climática, no adversarios”.
La obra de Klimt es un óleo sobre lienzo de estilo Art Nouveau que retrata a la muerte a la izquierda de un grupo de personas parcialmente desnudas que se abrazan. Es una de las más recientes obras de arte que han sido atacadas en protestas de activistas climáticos.
Diferentes grupos de activistas han realizado numerosas protestas en meses recientes, incluyendo bloqueos de calles y arrojar puré de papas a una pintura de Claude Monet en Alemania. El grupo británico Just Stop Oil arrojó sopa de tomate a “Los girasoles” de Vincent van Gogh en la Galería Nacional de Londres el mes pasado.
Activistas de Just Stop Oil también se pegaron al marco de una réplica antigua de “La última cena” de Leonardo da Vinci en la Academia Real de Arte de Londres y a “La carreta de heno” de John Constable en la Galería Nacional.