Tras las suspensiones en Europa, un estudio de la Universidad de Oxford -institución que ayudó a desarrollar la vacuna contra el Covid-19- asegura que el riesgo de tener coágulos sanguíneos, un efecto secundario raro presentado en algunas personas tras recibir las vacunas de AstraZeneca y Johnson & Johnson, es considerablemente mayor si se contrae el coronavirus que en caso de padecerlos como consecuencia de la inmunización.
Investigadores de la Universidad de Oxford encontraron que el peligro de sufrir trombosis venosa cerebral (TVC) después de contraer el coronavirus es alrededor de cien veces superior que por los efectos de la vacunación.
La preocupación por la eventual relación entre la vacunación contra la Covid-19 y los coágulos sanguíneos tuvo otro capítulo en los últimos días cuando Alemania lanzó un alerta por personas que sufrieron trombosis en las venas cerebrales después de recibir la dosis de AstraZeneca.
En tanto, otros países europeos expresaron su preocupación por el posible aumento del riesgo de embolias pulmonares y trombosis venosa profunda tras la vacunación.
Sin embargo, desde el laboratorio AstraZeneca afirman que actualmente no hay pruebas de que los episodios registrados estén asociados a la vacunación y que el número de coágulos sanguíneos notificados después de la inmunización no es mayor de lo que ocurriría normalmente.
Sobre el estudio, la Universidad de Oxford advirtió que las comparaciones deben interpretarse con cautela porque los investigadores aún están recopilando datos.
Paul Harrison, profesor de psiquiatría y director del Grupo de Neurobiología Traslacional de la universidad, dijo que el estudio había llegado a “conclusiones importantes”.
”Hay preocupaciones sobre las posibles asociaciones entre las vacunas y la trombosis, lo que hace que los gobiernos y los reguladores restrinjan el uso de ciertas vacunas”, precisó.
Asimismo, manifestó que una pregunta clave que seguía sin conocerse era saber cuál es el riesgo de trombosis después de un diagnóstico de coronavirus, según recogió la agencia Télam.
”Hemos llegado a dos conclusiones importantes. En primer lugar, el coronavirus aumenta notablemente el riesgo de trombosis, lo que se suma a la lista de problemas de coagulación de la sangre que causa esta infección”, explicó.
”En segundo lugar el riesgo de coronavirus es más alto de lo que vemos con las vacunas actuales, incluso para los menores de 30 años; algo que debe tenerse en cuenta al considerar los equilibrios entre riesgos y beneficios de la vacunación”, añadió.
Tras conocerse algunos casos de los efectos adversos raros en menores de 30 años, el Reino Unido recomendó que las personas de ese grupo etario recibieran una vacuna alternativa a la de AstraZeneca.
Maxime Taquet, también del Grupo de Neurobiología Traslacional, aseguró al respecto que las señales de que el coronavirus está relacionado con el riesgo de TVC, así como con la trombosis de la vena porta, un trastorno de la coagulación en el hígado, “son claras y debemos tomar nota de ellas”.
Taquet sostuvo que un factor importante que requiere más investigación es si el coronavirus y las vacunas provocan TVC por el mismo o por diferentes mecanismos.
También subrayó que puede haber un subregistro o una codificación incorrecta de los coágulos en los registros médicos y por lo tanto, la incertidumbre en cuanto a la precisión de los resultados.