Alemania pondrá punto final mañana a un capítulo importante de su historia contemporánea, los 16 años de Angela Merkel en el poder, cuando el Parlamento alemán elija al socialdemócrata Olaf Scholz como canciller. De esta manera, pasará las riendas de la primera economía europea a Scholz, que fue su adversario político, pero también su vicecanciller y ministro de Finanzas.
Después de su victoria en las legislativas de finales de setiembre, Scholz será elegido por el Bundestag para dirigir una coalición inédita de tres partidos, formada mucho antes de lo previsto, por socialdemócratas del SPD con los verdes y los liberales. El lunes los verdes votaron por 86% a favor de unirse a la coalición. Los socialdemócratas y los liberales ya habían validado el pacto de gobierno durante el fin de semana. Inmediatamente después, tendrá lugar el traspaso de poderes y el centro-izquierda regresará al poder en Alemania, algo que no ocurría desde el gobierno de Gerhard Schröder (canciller de 1998 a 2005).
Pese a un balance lleno de luces y sombras, marcado por momentos memorables como la acogida de migrantes en 2015 y su aptitud para gestionar las crisis, pero también por la falta de ambición en la batalla climática y en la modernización de Alemania, Merkel sigue siendo una de las personalidades más apreciadas por los alemanes después de sus cuatro mandatos.
“Angela Merkel fue una canciller que tuvo éxito”, elogió Olaf Scholz, homenajeando a una dirigente que “se mantuvo fiel a ella misma durante 16 años marcados por numerosos cambios”.