La economía de Alemania crecerá en 2022 menos de lo inicialmente previsto como consecuencia de la guerra en Ucrania, cuyo impacto más severo podría resultar en recesión en 2023 si se corta el suministro del gas ruso, según la previsión de los principales institutos económicos del país de este miércoles. “No hay ninguna buena noticia que anunciar”, resumió Stefan Kooths, vicepresidente del Instituto de Economía Mundial de Kiel (IfW Kiel), uno de los que presentaron sus previsiones este miércoles en Berlín.
Kooths admitió que la invasión rusa de Ucrania ha tenido como resultado un “estrés añadido a las cadenas de suministro” internacionales de materias primas y mercancías, que ya sufrían el impacto de las restricciones impuestas en todo el mundo por la pandemia.
Según los cinco institutos económicos que presentaron sus previsiones de primavera, el crecimiento de la economía alemana se ralentizará drásticamente en 2022 como consecuencia de la guerra, hasta el 2,7 % o solo el 1,9 % si se suspenden las importaciones de gas ruso, lo que haría entrar al país en recesión en 2023.
Todos ellos creen que la guerra tendrá un claro impacto en el comportamiento del PBI, rebajan así su pronóstico desde el 4,8 % que esperaban para 2022 antes de la guerra y creen que la inflación será del 6,1 %, la mayor en cuarenta años.
Los institutos consideran que la eliminación de restricciones impuestas por la pandemia aporta algo de alivio a la economía de la primera potencia europea, pero las consecuencias de la guerra se harán notar en 2022, aunque en 2023 esperan una recuperación del 3,1 %, según lo que denominan “escenario de base”.