La reina Isabel II murió el jueves a los 96 años y su velorio estaba planificado desde hace años y como ferviente seguidora de los protocolos de la monarquía, no pudo aceptar jamás el amor entre su nieto el príncipe Harry la actriz estadounidense Meghan Markle, a quien pidió que ellos y sus hijos sean quitados de la herencia.
Tras la muerte de la reina que más años se mantuvo en el poder, mucho se especula sobre cuánto es la herencia que le ha dejado a sus familiares y cuanto va a recibir cada uno.
La monarca poseía seis propiedades, entre las que se encuentra el Castillo de Hillsborough, el Sandringham, el Castillo de Balmoral, el Palacio de Holyrood, el Castillo de Windsor y el Palacio de Buckingham. Y se estima que durante su reinado, la reina acumuló una fortuna de 88 millones de dólares.
Pero lo más sorprendente de todo es que hace algunas semanas ella misma pidió cambios en su testamento por si llegaba a morir pronto. En ese pedido quedaron afectados la hija del Príncipe Harry y Meghan Markle.
Según informó The International Business Times, gran parte de las 300 joyas, que están valuadas en 110 millones de dólares, serán recibidas por Kate Middleton y su hija Charlotte.
Y destacaron que en esta distribución no están contempladas Meghan Markle y su hija Lilibet Diana.
Cabe recordar que Harry y Meghan, quienes recibieron el título nobiliario de duques de Sussex, renunciaron a sus obligaciones reales y por ende a los privilegios, por lo que la pequeña Lilibet y su hermano Archie no están considerados en la herencia de la reina.