Un grupo de investigadores de la Universidad Nicolaus Copernicus de Torun hicieron un estremecedor hallazgo en un cementerio polaco del siglo XVII. Se trata del esqueleto de una supuesta “vampiro” de esa época. El cuerpo de la mujer tenía una hoz alrededor del cuello y un candado triangular en el dedo gordo del pie, amuletos con los que se decoraba al cadáver del monstruo para evitar que resucitara.
Magdalena Zagrodzka, que representó al equipo de investigación, y el profesor Dariusz Poliński, de la Universidad Nicholas Copernicus, que dirigió la excavación arqueológica, aseguraron que los restos humanos hallados en la localidad de Pień también tenían un tocado de seda, que estaba tejido con hilo de oro o plata, lo que significa que la mujer sin nombre era joven y de clase social alta.
El candado y la hoz, por su parte, están relacionados con supersticiones del siglo XVII, lo que probablemente significa que “es de suponer que, por alguna razón, los que enterraron a la mujer tenían miedo de que se levantara de la tumba, quizás temían que fuera un vampiro”, según en un comunicado enviado a DW.
Se cree además que el apero de labranza, colocado con la cuchilla en el cuello, cortaba la cabeza del difunto si éste intentaba “levantarse”.
El cementerio fue excavado originalmente entre 2005 y 2009, pero un reciente estudio realizado este verano reveló aún más tumbas, una de las cuales los arqueólogos describieron como “sensacional” y especialmente única.
No se sabe con certeza cómo murió; es posible que la asesinaran o que muriera de una enfermedad. Sin embargo, según informa IFL Science, Poliński no cree que fuera condenada a muerte en un juicio por brujería, ya que normalmente estas personas eran arrojadas a toda prisa a tumbas provisionales cerca de la horca.
Temor a los vampiros
En el siglo XI, los ciudadanos de Europa del Este manifestaron su temor a los vampiros y empezaron a tratar a sus muertos con rituales antivampíricos, según la revista Smithsonian, pues creían que “algunas personas que morían salían de la tumba como monstruos chupasangre que aterrorizaban a los vivos”.
En el siglo XVII, según Science Alert, estas prácticas de enterramiento “se hicieron comunes en toda Polonia en respuesta a un supuesto brote de vampiros”.
“El siglo XVII fue una época en la que la gente creía en los vampiros. En el caso de esta enigmática tumba de Pień hay más preguntas que respuestas”, aseguró Poliński, quien agregó que “además de las prácticas con la hoz, a veces los cadáveres eran quemados, aplastados con piedras o se les cortaba la cabeza y las piernas”.
Faltan más análisis en el cementerio polaco
El equipo de investigación tiene previsto realizar más análisis en el cementerio, con la ayuda de nuevas tecnologías para poder inspeccionar la zona, y más investigadores del Instituto de Arqueología de la Universidad de Cracovia realizarán pruebas de ADN a los restos, para saber más sobre la mujer sin nombre.
Pero este no es el primer descubrimiento de este tipo en el país. En 2016, unos arqueólogos polacos excavaron una serie de tumbas de los siglos XIII y XIV cerca del pueblo de Górzyca y descubrieron tres esqueletos que tenían unos agujeros inusuales en sus espinas dorsales, lo que sugiere que habían sido clavados para evitar que se levantaran de nuevo.