Un policía resultó herido tras un ataque incendiario contra dos vehículos cerca de una sinagoga en La Gran Motte, Francia. Uno de los autos explotó debido a una bomba de gas. Las autoridades calificaron el hecho como un atentado terrorista y se encuentran en busca del autor y sus cómplices.
En el interior de la sinagoga Beth Yacoov había cinco personas, incluyendo al rabino, cuando se incendiaron dos puertas del lugar. Afortunadamente, no hubo heridos entre los presentes.
La Fiscalía Nacional Antiterrorista (PNAT) se encargó de la investigación y detalló tres cargos: intento de asesinato, destrucción mediante medios peligrosos y asociación con fines terroristas. La clase política francesa condenó el atentado, expresando su rechazo al antisemitismo. La acción ha sido vista como un ataque no solo contra la comunidad judía, sino contra toda la nación francesa.
El presidente Emmanuel Macron afirmó que “se están realizando todos los esfuerzos posibles para encontrar al autor y proteger los lugares de culto”, subrayando la importancia de la lucha constante contra el antisemitismo. El primer ministro Gabriel Attal también reafirmó el compromiso del gobierno, ordenando un refuerzo en la seguridad de los lugares judíos. El expresidente François Hollande añadió que “cuando se ataca una sinagoga, se ataca a toda Francia”, instando a una respuesta unánime contra el antisemitismo.
Antecedentes de ataques terroristas en Francia
Los atentados de Niza y Charlie Hebdo son dos de los ataques más impactantes que han sacudido a Francia en los últimos años. El 7 de enero de 2015, extremistas islámicos atacaron las oficinas de la revista satírica Charlie Hebdo en París, donde asesinaron a 12 personas, entre ellas destacados caricaturistas, como respuesta a las caricaturas de Mahoma publicadas por la revista. Este ataque marcó el inicio de una serie de atentados que sacudieron al país.
El 14 de julio de 2016, en la ciudad de Niza, otro ataque estremeció a Francia cuando un hombre condujo un camión a través de una multitud que celebraba el Día de la Bastilla. Mató a 86 personas e hirió a más de 400. Ambos atentados han sido condenados enérgicamente por la comunidad internacional y renovaron el compromiso de Francia en la lucha contra el terrorismo.