Al menos tres personas murieron este martes al estallar una bomba en unas vías del tren en el conflictivo sur de Tailandia, donde en las últimas semanas se ha incrementado la violencia en medio del conflicto musulmán separatista.
El jefe de la estación de Policía de Khlong Ngae, Chatchai Chanasith, confirmó que el ataque causó tres muertos y que no han podido identificar a los autores del ataque, ocurrido en la provincia de Songkhla. La explosión ocurrió cerca de donde el pasado sábado estalló otra bomba que provocó varios heridos al hacer descarrilar un tren de carga que transportaba caucho a Malasia.
Las víctimas mortales de hoy son tres trabajadores de la empresa estatal de trenes que participaban en las tareas de limpieza del ataque del sábado, que dañó 20 vagones del tren, según el diario Bangkok Post. La Policía no ha identificado a los responsables de los ataques, que no han sido reivindicados tampoco, algo habitual en este conflicto.
En las últimas semanas han aumentado los ataques en el sur de Tailandia, incluido una explosión con coche bomba que causó un muerto y 32 heridos en un complejo de viviendas de policías en la provincia de Narathiwat. El pasado 16 de noviembre, una persona resultó herida al estallar varias bombas en dos gasolineras en la provincia de Pattani.
Los atentados con armas ligeras o explosivos y asesinatos son frecuentes en las provincias de Pattani, Yala y Narathiwat, todas localizadas en el sur de Tailandia, como consecuencia de la lucha armada del movimiento separatista musulmán. En las últimas décadas, la región ha sido escenario de violentos conflictos a raíz de una insurgencia de grupos religiosos que reclaman la independencia de esas tres provincias, que son predominantemente musulmanas, así como de algunas partes de Songkhla.
Los rebeldes musulmanes denuncian discriminación por parte de la mayoría budista del país y exigen el derecho de autodeterminación en las tres provincias sureñas, que conformaron el antiguo sultanato de Patani antes de su anexión a la actual Tailandia a principios del siglo XX. El Gobierno tailandés y la insurgencia han mantenido negociaciones intermitentes en Malasia desde hace más de un década.