Una anciana de la Ciudad de México escribió un desgarrador mensaje en una carta que compartió con la enfermera que la vacunó contra el coronavirus. En la misma, denunció que había sido “secuestrada por su hija y esposo”.
“Ayúdenme por favor que estoy secuestrada por mi hija y su esposo. Tengo un año aquí encerrada y no me dejan salir ni a la puerta de la casa me ¿dejan? Les pido que me saquen de aquí por favor”, decía la nota que entregó Caralampia a la trabajadora sanitaria.
En la misma carta, la abuela anotó su nombre y el de sus familiares que la tenían retenida. La terrible situación ocurrió el domingo 12 de abril en la escuela vocacional número 7 en la alcaldía Iztapalapa, Ciudad de México. La historia volvió a viralizarse en las últimas horas.
Ante esto, la enfermera entregó la nota a agentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC-CDMX) que resguardaban el lugar y así lograron detener a los presuntos agresores.
Según informó la Policía en un comunicado, la anciana acudió al centro con un pareja y fue entonces cuando aprovechó para pedir ayuda. Entonces, fue llevada a un lugar seguro, donde se dará seguimiento a su caso.
La mujer, Laura, de 39 años, quien fue identificada como la hija de la denunciante, y Ramón de 59 años, quien es su yerno, fueron detenidos y presentados ante el agente del Ministerio Público correspondiente, que definirá su situación jurídica y realizará las indagatorias pertinentes.
El maltrato de las personas mayores es un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento a una persona de edad, o la falta de medidas apropiadas para evitarlo, que se produce en una relación basada en la confianza.
Este tipo de violencia constituye una violación de los derechos humanos e incluye el maltrato físico, sexual, psicológico o emocional; la violencia por razones económicas o materiales; el abandono; la negligencia; y el menoscabo grave de dignidad y la falta de respeto.
Magnitud del problema
El maltrato a personas mayores es un problema importante de salud pública. Según un estudio de 2017 basado en la mejor evidencia disponible de 52 investigaciones realizadas en 28 países de diversas regiones, incluidos 12 países de ingresos bajos y medianos, durante el último año el 15,7% de las personas de 60 años o más fueron objeto de alguna forma de maltrato.
Probablemente este porcentaje representa una subestimación, ya que solo se denuncia uno de cada 24 casos de maltrato a personas mayores, en parte porque estas últimas a menudo tienen miedo de notificar el maltrato a sus familiares, a sus amigos o a las autoridades.
Por consiguiente, es probable que se subestimen las tasas de prevalencia. Aunque los datos rigurosos son limitados, el estudio proporciona, sobre la base de todas las investigaciones disponibles, estimaciones de prevalencia del número de personas mayores afectadas por los diferentes tipos de maltrato.
El maltrato de las personas mayores puede conllevar lesiones físicas –desde rasguños y moratones menores a fracturas óseas y lesiones craneales que pueden provocar discapacidades– y secuelas psicológicas graves, a veces de larga duración, en particular depresión y ansiedad.
Para las personas mayores las consecuencias del maltrato pueden ser especialmente graves porque sus huesos pueden ser más frágiles y la convalecencia más larga. Incluso lesiones relativamente menores pueden provocar daños graves y permanentes, o la muerte. Un estudio de seguimiento durante 13 años reveló que las personas víctimas de maltrato tienen una probabilidad de morir dos veces mayor que aquellos que no refieren maltrato.