La Catedral de Notre-Dame, sede de la archidiócesis de París y uno de los monumentos más emblemáticos de toda Francia, reabre sus puertas para celebrar el culto y acoger a miles de fieles y visitantes de todo el mundo. En total se esperan unos 2.000 asistentes al evento.
Cinco años después del trágico incendio, este 7 de diciembre la Catedral vuelve a su vocación original y rinde homenaje a quienes contribuyeron a su reconstrucción. El acto ceremonial será presidido por el arzobispo de París, Laurent Ulrich, y tendrá la presencia de líderes de los principales países del mundo, en celebración por la resurrección del templo.
Al parecer, el mal clima obligó a modificar los planes originales de la organización. Sin embargo, ni la lluvia ni el viento impedirá a los parisinos vibrar juntos en la reapertura del Notre-Dame. Según la información meteorológica, la velocidad del viento tornaba entre 65 y 80 km/h en la región.
En tanto, la Presidencia de la República francesa tomó la decisión de trasladar todas las actividades al interior del edificio. La noticia fue confirmada mediante un comunicado oficial emitido este viernes por la noche.
Por su parte, las autoridades nacionales implementaron un operativo especial de seguridad para que el evento transcurra normalmente, teniendo en cuenta que dicho evento congregará a personalidades importantes y miles de asistentes a los alrededores.
Fuentes oficiales aseguraron que 6.000 agentes estarán al mando de la seguridad de la reapertura, y ya se están realizando estrictos controles para que no haya inconveniente alguno. Por otro lado, dispositivos de vigilancia antidrones fueron activados y los comercios permanecerán cerrados (dentro del perímetro de la catedral).
Día 7 de diciembre: progreso de la ceremonia
Reapertura de la oficina: el servicio se llevará a cabo en presencia del Presidente de la República, Emmanuel Macron, que hablará ante numerosos Jefes de Estado y de Gobierno, funcionarios, mecenas, invitados conjuntamente por el Estado y la diócesis, representantes de todas las parroquias de París, miembros de el cabildo catedralicio y el clero parisino.
Durante el rito de apertura de las puertas, el arzobispo golpea con su báculo la puerta cerrada de Notre Dame de París. La catedral le “responde” con el canto del Salmo 121, tres veces. La catedral que estaba en silencio vuelve a resonar con el canto de alabanza y por tercera vez las puertas se abren.
Tras el rito inicial de apertura de puertas, el servicio se desarrolla en tres partes:
- El despertar del gran órgano: luego de iniciar el servicio con la señal de la cruz, el arzobispo procede a bendecir el instrumento. Ocho veces se dirige al gran órgano que le responde.
- El canto del oficio: el oficio se compone de un himno, un salmo, el canto del Magnificat, intenciones de oración para el mundo entero, la oración del Padre Nuestro.
- Bendición final del arzobispo y canto del Te Deum.