Los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y de China, Xi Jinping, se reunieron este lunes previo a la cumbre del G20 para bajar tensiones y evitar que su rivalidad desemboque en un conflicto abierto, aunque ambos se mantuvieron firmes en sus líneas rojas, especialmente en torno a Taiwán.
Según el comunicado del Ministerio chino de Exteriores, Xi avisó a Biden de que Taiwán, cuya soberanía reclama China, es “la primera línea roja que no se debe cruzar” y aseguró que espera que EE.UU. haga “honor a su promesa” de no apoyar una eventual independencia de la isla. Por su parte, la Casa Blanca dijo que Biden comunicó a Xi que su política hacia Taiwán no ha variado y que sigue oponiéndose a cualquier “cambio unilateral” en el statu quo.
Biden reiteró su apoyo al principio de “una sola China” que significa que el único Gobierno chino al que reconoce Washington es el que tiene sede en Pekín, lo que le aleja de las aspiraciones independentistas de Taiwán. A cambio de reconocer ese principio, sin embargo, Estados Unidos firmó el Acta de Relaciones de Taiwán de 1979, que compromete al país con la defensa de Taiwán, aunque no deja claro si la potencia intervendría en caso de ataque chino en una política conocida como “ambigüedad estratégica”.
En línea con esa política, Biden trasladó al líder chino sus objeciones sobre las acciones “coercitivas y cada vez más agresivas” de Pekín hacia la isla, que ponen en peligro la “paz y estabilidad” en el estrecho de Taiwán y en toda la región, detalló la Casa Blanca en su comunicado.
Sobre el conflicto en Ucrania, Xi reiteró que China está “muy preocupada” por la situación actual y está del lado de la “paz”, por lo que reiteró su deseo de que vuelvan a establecerse negociaciones entre Ucrania y Rusia, además de “diálogos profundos” entre Rusia, Estados Unidos, la OTAN y la Unión Europea. Según el comunicado chino, Xi avisó a Biden de que iniciar una guerra comercial, tecnológica, buscar el desacoplamiento económico o cercenar las cadenas de suministros “no sirven a los intereses de nadie”.
La Casa Blanca solo aludió a las “prácticas” de China que van contra la economía de mercado y no hizo mención a los aranceles que el expresidente Donald Trump (2017-2021) impuso a las importaciones chinas y que Biden ha mantenido. Tampoco abordó las nuevas restricciones que EE.UU. ha puesto a la venta de microchips chinos.
Más allá del contenido, la reunión estuvo llena de símbolos. El que ganó más atención fue el saludo con un apretón de manos que escenificaron Biden y Xi, sonrientes y posando ante las cámaras. Preguntado por el tono del encuentro, Biden dijo que ambos fueron “muy francos” el uno con el otro.
Los dos líderes acordaron mejorar sus comunicaciones y establecieron que el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, viajará a China para continuar las conversaciones, aunque la Casa Blanca no especificó fecha.