El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, advirtió este martes 1 de febrero que una incursión de Rusia en Ucrania sería un “desastre político, humanitario y militar”. Durante una conferencia de prensa conjunta con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, en Kiev, Johnson indicó que las informaciones de inteligencia sugieren que Rusia prepara una “campaña militar inminente”. Johnson y Zelensky se reunieron en Kiev “para abordar la actividad hostil rusa en curso, incluida la concentración militar”.
“Vemos la concentración de un gran número de tropas, vemos preparativos para todo tipo de operaciones que son consistentes con una campaña militar inminente”, insistió el primer ministro británico. Johnson manifestó que los rusos deberían entender la realidad de que Ucrania “luchará” y que hay 200.000 personas dispuestas a oponer una “resistencia muy, muy feroz”. “Espero mucho que el presidente (ruso Vladimir) Putin se aleje de la vía del conflicto y que participemos en un diálogo, y eso es lo que Reino Unido intenta generar y es por eso que estoy aquí hoy”, acertó, al agregar que hablará con Putin este miércoles. Una llamada telefónica entre los dos líderes fue programada para este martes, pero luego fue pospuesta para el día siguiente.
Por su parte, Zelensky aseguró: “Tenemos que estar preparados para cosas malas”, y prometió que los ucranianos lucharán “hasta el último momento”. Llamó a Rusia a “escuchar y entender que una guerra es algo que realmente nadie necesita”, y agregó que habrá “una tragedia” en caso de una agresión contra Ucrania. Destacó que “esta no va a ser una guerra entre Ucrania y Rusia”, sino “una guerra europea” y “una guerra en todo el sentido de la palabra”. La declaración conjunta de Johnson y Zelensky tras su encuentro señaló, además, que “Reino Unido está codo a codo con Ucrania ante la agresión rusa en curso, que amenaza la paz y la seguridad regional y socava el orden mundial”. Los dos líderes enfatizaron durante su reunión que “todo ucraniano tiene el derecho a determinar su propio futuro”.
Advirtieron que una mayor incursión de Rusia en Ucrania sería “un error estratégico masivo y tendría un severo costo humanitario”. Los dos países acordaron “trabajar juntos para fortalecer la seguridad y la capacidad de defensa de Ucrania”. También “expresaron su compromiso de fortalecer la seguridad energética de Ucrania y apoyar sus esfuerzos hacia la transición verde”. Johnson anunció, a su vez, el envío de GBP 88 millones (USD 118,9 millones) en nuevos fondos para ayudar a los esfuerzos “para desarrollar la resiliencia de Ucrania y reducir la dependencia de los suministros de energía rusos”. Kiev y Moscú han estado enredados en un conflicto desde que estalló la guerra en el este de Ucrania en 2014, después de que las fuerzas rusas invadieran la región de Donbás y se anexaran la península de Crimea.
Recientemente, Rusia concentró decenas de miles de soldados cerca de su frontera con Ucrania, lo que alertó a Occidente sobre la posibilidad de que el Kremlin lleve a cabo una ofensiva militar contra su vecino y exrepública soviética similar a la de 2014. Moscú ha negado que se esté preparando para una ofensiva militar y ha argumentado que sus tropas están en la frontera para realizar ejercicios regulares.